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Un mundo raro

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Hoy debería recordar muchas cosas, pero no tengo ganas; y no las tengo precisamente porque las recuerdo. De pasar revista a los años ya se encargan quienes los “inventan”; porque los años se han convertido últimamente en una patética invención. Nunca como ahora ha habido tanta información al alcance de cualquiera; y nunca como ahora, tanta mentira, tanta falsedad, tanta desfachatez, tanta perversión, tanta estupidez coronando la monocefalia del mundo. Puro cuento, vamos, donde las únicas verdades vienen emparedadas entre el dolor y la muerte. No nos engañemos, lo demás es un sutil argumento de lindezas para enmascarar los verbos de la basura.

No tengo ganas de recordar nada porque el dolor de cabeza es mucho peor si además duele la memoria. Me crispan los exámenes de conciencia y los propósitos de intenciones cuando se ha perdido el valor de llamar pan al pan y vino al vino; es decir, bien al bien y verdad a lo que puede serlo. Me enerva la voluntad vicaria, la moral ancilar del poder, de la cobardía y del “estado de opinión” generados por cuatro mangantes que detentan lo que debería ostentarse. Digamos que soy… raro.

Probablemente, éste es un mundo maravilloso para quienes circulan por sus raíles; para los otros, para los que preferimos el horizonte del campo a través, de la pisada dueña de sí misma, del amanecer ineficaz pero radiante, no existe aquí ni lugar ni calendario. Siempre dije que el hombre va adonde quiere. Rectifico con tristeza, el hombre no va a ninguna parte: no es nada más que la gota evaporada de un entusiasmo que atravesó la Tierra antes de que algunos decidieran que su propiedad era del “viento”.

Ya sé, ya sé: no es esto lo que hoy es de rigor decir… Pero no se lamente nadie que se sienta “raro”: hogaño, la rareza es un privilegio. Más aún, es esperanza.

Ah, se me olvidaba: ¡feliz raro…, perdón, año!

Por cierto, esta ranchera dice bastante mejor que yo lo que aquí pretendía (si aparece “publicidad”, es cosa de Google; conste).
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Comentarios

  1. Antonio, en este mundo raro (pero raro), me cabe cada vez más la convicción de que los que se tendrían que sentir raros son los otros: los falsarios, los estúpidos, los mangantes. Sí, sé que peco de optimismo, pero es solo un pecado venial, ¿no?
    Un abrazo fuerte y feliz 2010.

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  2. Feliz año nuevo, Antonio.

    A mí los raíles me dan seguridad y es el camino más cómodo de seguir, sobre todo si tienes que criar a dos pequeños.
    Las sendas me parecen más atractivas; hay menos gente y mejores vistas... aunque es más fácil perderse.

    Un abrazo desde el Sur, amigo.

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  3. Pero rarísimo que es, un mundo de apariencias y encuestas, la televisión es un paradigma que creo que lo refleja bien. En fin, Antonio, no obstante yo me pasaba por aquí para desearte lo mejor para el 2010 a ti y los tuyos, beso y abrazo fuerte.

    Aurora

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  4. Como dice el viejo chiste, ¡qué bien desfila mi niño a pesar de que todos los demás lleven el paso cambiado! ¡Y qué raro se siente uno siendo normal!

    En fin, querido Antonio, que yo también pasaba por aquí para desearte lo mejor para ti y los tuyos en este 2010 que empieza dentro de un rato.

    Un fuerte abrazo

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  5. Decía la escritora Djuna Barnes, que hay raros...y raros repugnantes...
    Espero que no seamos de los últimos.

    Salgo de viaje,"pitando"
    Querido amigo ,te deseo una entrada de Año, una continuación prolongada de lo que deses.
    ¡¡ Lo mejor!!

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  6. Gracias a todos y feliz año. Y ahora, por partes:


    No, Juan Antonio, no es un pecado el optimismo; el pecador es el pesimista; yo, probablemente. En cualquier caso, quería referirme a la “rareza” irónicamente, en el sentido de que tú hablas.

    Un abrazo y que siga tu buena estrella editorial.


    No te discuto, Alejandro, esos raíles tuyos; los de la entrada, sin embargo, se parecen más al “Mundo feliz” de Huxley. Porque nos ocurre aquello que dijo Chesterton: “en el mundo moderno, la libertad es lo contrario de la realidad; pero es sin embargo su ideal.” Por eso prefiero la senda. Con un mapa, naturalmente.

    Un abrazo y un feliz circular por el nuevo año.


    ¡Ah, la televisión, Aurora…! Estoy deseando que lleguen las doce porque he oído que Belén Esteban va a recitar los doce primeros números del Sistema Decimal. ¡Seguro que es récord de audiencia…!

    Bromas aparte, brinda con los tuyos y sé feliz.

    Un beso.


    “¡…qué raro se siente uno siendo normal!” ¡Qué justamente lo dices, Tato! Sin duda por eso es tu “taberna” un lugar tan acogedor.

    Un abrazo; brindaré por ti y los tuyos, por supuesto.


    Tampoco hay que preocuparse demasiado, Veridiana: todo depende de a quién le pueda resultar uno repugnante. En cualquier caso, las diosas quedan al margen de estas pendencias humanas.

    Un beso y, naturalmente, un año pleno de tu voluntad.

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  7. ¡Acabo de conectarme, Antonio, pegada a la ventana de un bar del pueblo de mi madre, en una cosa que se llama internet rural!
    Aquí me tienes, en esta España moderna, con un ordenador megapijo que me han regalado, pequeño pequeño... los del bar me miran raro, pero es por una buena causa: desearte un feliz año, mi raro preferido; tú no eres raro, eres especial:-)))
    Un beso muy fuerte y que pases una feliz noche junto a los tuyos.

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  8. ¡Tienes un netbook…! ¿No será con Linux, verdad? Los he visto con el sistema de Juan Manuel (porque ya hay que llamarlo así). Si llevase Ubuntu, Juan Manuel te dedicaba una entrada, fijo.

    Gracias, Olga. Sabes que te deseo lo mismo. Y no sé si soy "raro"… “Especial”, seguro que no; todo lo más, “antiguo”, como me dijo una buena amiga hace tiempo –creo que ya lo comenté una vez–; lo que yo sustituí por “inactual”, un eufemismo que, por lo menos, no huele a naftalina.

    Un beso, y que 2010 editoriales te cortejen en el nuevo año.

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  9. Antonio, yo quiero que sigas siendo "raro" un año más. Ser raro es sinónimo de ser excepcional. Frente a ese común normalizador, higienista, débilpensante y coñazo, del mundo en torno, larga vida a los raros.

    A Olga la tengo casi convencida en el sistema operativo raro jeje. Tan es así, que igual acaba escribiendo su tercer poemario en Ubuntu.

    En fin, un feliz año nuevo, nada normativo, para ti y los tuyos, y un fuerte abrazo, y que nos sigamos leyendo por estos lugares raros.

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  10. Muchas gracias, Juan Manuel.

    Lo que ya te he dicho... Y eso, que podamos seguir leyéndonos.

    Un fuerte abrazo.

    P.D.: ¡Olga linuxera!... Esta mujer se atreve con todo.

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  11. Sí, hijo, es que no hay nada más atrevido que la ignorancia; en estas cuestiones, a mí me lo tiene que dar todo hecho. Dice el amigo Juan Manuel que lo vamos a instalar todo con sus indicaciones por teléfono. No sé qué resultará del caso, pero a peor no puedo ir en cuanto a conexiones y esas cosas, jeje. Con la poca pericia que tengo para estas cosas, igual se tiene que acabar viniendo a Zaragoza para hacerme linuxera, ya verás;-))))
    Bueno, de momento, estoy conectada, aunque hoy no me funciona el mail, se bloquea no sé qué. Pero el ordenador es de chulo, estoy más contenta. Me gusta el color y esas cosas, y lo nuevecito que está, sin ceniza por las teclas ni nada;-))))
    Bueno, aprovecho para mandarte el primer beso del año.
    Ya lo decía el padre de Julio Iglesias, todo es raro, raro, raro...

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  12. ¡Ja, ja, ja...! Normal: uno empieza hablando de mundos raros y acaba... en Linux.

    Un maestro linuxero como Juan Manuel te guiará perfectamente. Yo tengo Ubuntu en otra partición de este mismo trasto (que ya tiene diez años) y, pese a ser un "pardillo", lo instalé sin ningún problema junto al XP. Es una distribución facilísima.

    Otro beso principiante en el "Twenty-ten" (creo que hay cierta polémica entre los angloparlantes con esta designación).

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  13. Un poco tarde... porque en casa hay folklore... me paso por este reducto "raro", gracias a Dios. Brindo por el nuevo año en tu ventana "rara", por su dueño "raro" y todos los benditos locos "raros" que no desisten en ir campo a través. Y empiezo el año con la esperanza de que los que prefieren dejar huella con sus pisadas no se cansen y no tengan la tentación de aborregarse en los raíles.

    Un feliz año, Antonio. Para ti y tu familia. "Cordialmente":
    Sunsi

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  14. Gracias, Sunsi. Lo mejor es que haya alegría "en casa", que es como decir en el alma; lo demás es un problema de "ferroviarios jurídico-político-morales".

    ¡Feliz "senderismo-nuevo"!

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