. Sólo queda decir algunas cosas, saldar alguna que otra servidumbre que me quede pendiente –¡esa costumbre de adquirir bajo crédito las rosas!–. Y empaquetar las noches más lujosas que decidió el amor, la certidumbre del beso que se nace pesadumbre al alba del olvido de sus diosas. Y poco más. Dejarme de faenas, de quehaceres, al yugo de mi noria de año en año, tras unas y los otros. Sólo queda embalar mis cuatro penas, retenerme algo más en su memoria… y soñar que he vivido entre vosotros. "Al atardecer", 15 de octubre de 2007 .