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Mostrando entradas de 2010

Una cita recomendable

. No son éstos malos días para hablar con una vieja amistad, para citarse con ella en un café nostálgico y estrechar sinceridades en la esgrima de dos copas. Yo lo he hecho hoy. La he llamado por teléfono esta tarde. Le he preguntado por su ayer y por su ahora después de tanto no saber de ella. Y hemos quedado para brindar por todo lo que nos debíamos y no habíamos hablado. Ha sido a las diez, en un bar de barrio antiguo y pobre donde solíamos vernos cuando apenas nos conocíamos. Yo he pedido un Four Roses , sin hielo, naturalmente; ella, una tónica sin firma –siempre tuvo un paladar puritano–. Y he vuelto a preguntarle por su hoy y por su antes. Hemos pasado dos horas –cuatro vasos de bourbon y dos tónicas– despertando palabras y desordenando soledades; porque la verdad es una soledad ordenada que retiene innumerables silencios. Algo parecido flameaba ya en el templo de Delfos. Hasta que lo divulgó Sócrates y lo divinizó San Agustín. Ahora se ha vuelto impopular defender tales cosas

¿Navidad...?

. . Por esa calle, húmeda y gris, andaba un verbo tropezando con el mundo. Por esa calle de diciembre, o siempre, que tiene el nombre propio de cualquiera distraído en las letras de la vida. Por el ruido de fondo de los hombres y la rara aventura del silencio que el invierno recoge de la lluvia. Por esa calle –frente a mí o los otros–, húmeda y gris –ajenos, displicentes–, un verbo regresaba... ......................................... Sólo había una acera incapaz de conjugarlo. 23 diciembre 2010

Hazañas sin memoria y memorias no posibles

. 10/12/2010. Una madre mata a sus dos hijos de 9 y 11 años en Valladolid… 18/12/2010. Denia. Un padre mata a su hijo de 4 años y luego se suicida… ...¿Qué nos está pasando? Ha sido un momento; breve como corresponde a la condición de “momento”, pero bellísimo, que es tilde circunstancial que sólo algunos momentos merecen. Sábado gris de un diciembre como es debido. Sábado de sombra y niebla con enuresis diurna, que es afección habitual de este meteoro. Yo, en un Centro Comercial, camino del aparcamiento. Hay una escalera y, al final de ésta, un niño de entre uno y dos años. Detrás del niño va un hombre, su padre seguramente. Lo sigue de cerca, con los brazos abiertos como una estampita del Sagrado Corazón. El niño levanta una pierna, la izquierda si mal no recuerdo –es un zurdo prometedor–, y la apoya sobre el primer escalón. Se le ve concentradísimo, enteramente ajeno a todo cuanto no tiene que ver con su complicada empresa, a todo ese demás que los demás llamamos mundo. Titubea, se

My mum...

. . La imagen es una captura de pantalla de un vídeo espeluznante. Es espeluznante, pero no es nada extraño por desgracia; más bien, algo común; aunque se camufle en pancartas, manifiestos o proclamas de variopinto signo. Para los que no conozcan la historia, les puede doler aquí . A mí, personalmente, lo que me hizo añicos el alma fue ese “Oh, my mum”, que entristece aún más, si cabe, el fotograma que subtitula. My mum es una expresión de universal ternura, de última indefensión ante la crueldad que no se entiende. Cada rincón del planeta la escribe con distintos signos, la dice con sonidos diferentes. Pero esto da igual, porque en esa expresión está siempre la soledad humana ante el dolor y la tristeza inexplicables. Estoy seguro de que la última palabra que resuena en la bóveda corporal del alma ante la muerte es mamá ; estoy convencido de que es la voz más sentida y evocada cuando un suceso insulta a un sueño. Probablemente la susurró Lorca; probablemente, Muñoz Seca. Es la misma

Diciembre

. . ¿Dónde vas, soledad, con tantas cosas? Te ha robado diciembre el sol de los jardines, los parques y sus noches melancólicas; los libros de poemas y la loca liturgia de alzar el cáliz del amor a un sueño. Te ha encerrado en un cuarto, rodeada de metáforas o cosas que no son como las llamas, sino mundos vestidos de otros verbos. Te ha dejado diciembre en una isla entre signos extraños y parábolas, historias de otros días y otras gentes que ya no son tus gentes ni quieren ser tus días... ¡Tonta y triste soledad que carece de arrojo para ser su palabra, que empaqueta otras almas con sus cosas para engañar los últimos paisajes mientras roba diciembre a los jardines el sol suyo, que ya no saldrá nunca! 11 diciembre 2010 .

Vuelven los almirantes...

. …Oigo pasos nerviosos en los camarotes de arriba. Dicen que quieren ponerse de acuerdo los almirantes. Lo harán sin duda. Y no cambiará nada. Porque el problema no es airear las bodegas ni becar sus rincones; ni aumentar la tripulación o dedicar un vigilante a cada mercancía; ni poner banda ancha en los abandonados suburbios de las naves o engatusar sus vacíos con titulares y portadas... El problema no es acostumbrar el remordimiento a su olvido imposible, sino atreverse al norte; quiero decir, reconocer que esta flota no va a ninguna parte Y sólo un gesto más de arrogancia desde los sótanos: el horizonte siempre da más de sí que la más aplaudida de sus miradas. La de los almirantes, ni es la mejor ni es la única. La mirada de los almirantes (4 de mayo de 2010) Puede que parezca narcisismo esto de citarse a uno mismo, aunque en realidad sólo es pereza. Me aburre y cansa hablar de lo que todos sabemos y, de una forma u otra, callamos todos. Hasta que, mediáticamente, toca , claro está

Polvos, vientos, lodos, tempestades…

. . No se extrañe quien sufra tempestades si antes de ellas vio la mano que sembró sus vientos. No se confunda quien naufrague en lodos si antes supo qué polvos se esparcían. Porque el hombre siempre ha hecho la historia de la misma manera: el resentimiento individual de unos pocos, más o menos listos, se halla con la fisura de unas generaciones más o menos tontas, vierte en ellas su líquido y el frío de la decadencia hace el resto. El hielo es una cuña rompedora; ni el granito más firme resiste su quehacer mecánico: al cabo, la mole de una roca inmensa se hace pasto del viento… Y el viento es un Mercurio que lleva a los desiertos noticias de la demolición de las montañas. En tiempos tan desenfadados y lúdicos como los que corren, lo justo es proponer un juego o una adivinanza: ¿qué vientos son los vientos de que hablo?, ¿qué tempestades a las que me refiero?, ¿qué lodos en los que naufragamos?, ¿qué diminuta convicción nos queda para impedir que en los desiertos se esparza el sueño qu

Los otros agujeros negros

. . Nadie sabe lo que pasa allí dentro, en esa oscura soledad en que el espacio se engulle a sí mismo. Tan lejos se hallan de la espectacularidad del universo, que sólo las matemáticas intentan hablar con ellos. Porque las matemáticas, cuando dejan de ser aritmética cotidiana o proporción canónica, se dedican a telefonear oscuridades y a indagar silencios. Si los fenómenos responden, los científicos proclaman leyes; o incluso teorías cuando lo que escuchan es una conversación más o menos sensata. Galileo dijo algo sobre esto, y Platón –¡no iba a olvidarme de él!– intuyó preludios semejantes de esta ciencia. Pero los agujeros negros son la última vejez de las estrellas y es muy difícil hablar con ellos. De alguna forma, se parecen a la oscura soledad de los ancianos: con la edad, se retira tanto el alma del brillante espectáculo de la vida que ésta parece engullirse a sí misma. Ya no escapan luz de ella ni palabras; los signos que llegan de fuera se hunden, probablemente distorsionados

La recompensa

. Hay momentos que no tienen historia ni crónica para creerse un sueño. Pasan sin voluntad, ocurren entre almas y cuerpos. Hay momentos de dicha y brevedad inexplicables. Se descartan y pasan. No sabemos que prodigio los hizo, o les consiente ser para parecer que nunca fueron. Sin embargo, son robos a la nada. El botín de haber sido sólo es de ellos, de esa pobre emboscada sin historia ni crónica donde esparcir un sueño. Hay momentos bandidos que secuestran la eternidad a cambio del silencio. 23 noviembre 2010 .

Las soledades de solo

. A la Académica 'crueldad' Sólo se ha rendido a solo : ya no es sólo , sólo es solo . ¡Y solo sigue tan solo como antes de no ser sólo ! Porque al sumar sólo y solo , dos solos son sólo un solo . ¡Qué solo solo se queda! . . 22 noviembre 2010

Puedo esperar la noche sin tristeza...

. Puedo esperar la noche sin tristeza, acostumbrar los ojos a las sombras, a la vieja asamblea de las sombras que convoca los sueños al olvido; puedo hacerlo, tranquilo y con orgullo de haberla derrotado tantas veces. No me asusta la oscura fortaleza que la noche promete a la mirada; ni el azar que condujo hasta estos días el silencio en que empieza su promesa. No me asusta el sol rubio de las tardes que diluye el color en desaliento. De más allá de ahora, de este ahora al que no seguirá otro luego nunca, sé que vendrán la niebla y el invierno. La tundra que me advierten no me importa. Después de todo, he sido. Puedo esperar la muerte sin tristeza. 19 noviembre 2010 .

Dos de noviembre

. Hay demasiadas respuestas. Demasiadas. Para las cosas, para su gente, para los hombres, para sus nortes… Hay inflación de respuestas –desmesuradas, excesivas–. Por aquí, por allá, por doquier… Por donde sea siempre hay alguien amartillando una astucia para matar una pregunta. Y enterrarla después… O incinerarla y esparcir sus cenizas entre el silencio y la noche. Tengo que visitar el cementerio de las preguntas y dejar una rosa a los pies de su memoria; una rosa de ésas que confunde la tierra y cree nacer en mayo mientras ocurre noviembre. Tengo que murmurar una oración sin nadie para que no se me mueran del todo las preguntas, o se me diluyan en precarias respuestas que no son las que ellas merecían. Porque una pregunta siempre cree en un sueño, como el mayo que no es y confunde a la rosa. La respuesta, sin embargo, no es más que la niebla fría que sucede en noviembre. .

El día inactual

. . Más allá de los días que hemos sido, quedará siempre un día sin renglones, un día abierto por ninguna página, un verbo sin lugar, otro paisaje… Más allá de estos días, otro día de un amor indecible, en el olvido, y una raya de luz sobre su sombra larga de atardeceres sin mirada. Hagamos lo que hagamos, más allá del viejo siempre quedará otro día sin hora vertebral ni calendario, sin provincia en el tiempo ni memoria. Más allá… ....................... Y así hasta que se cumpla la eternidad de haber no amanecido. 27 octubre 2010 .

Semántica parda o... De noche todos los gatos lo son

. Dice el diccionario que "gente bien" es la de posición social y económica elevada . El mundo, la historia, se hace con “buena gente”, donde buena es epíteto inseparable del nombre a que acompaña, no con “gente bien”, donde aquélla insulta gramatical y semánticamente a éste. Porque –siempre que no hablemos de poesía, en que la palabra sueña lo inefable– los adverbios no tienen ocupación con los sustantivos. Lo suyo son los adjetivos, los verbos y ellos mismos. Es decir: las cualidades, las acciones y las circunstancias. Por eso los sustantivos son unos intrusos cuando se pegan a los adverbios, y lo único que hacen es confundir los diccionarios del alma. El mundo tiene clarísimo lo que es la “buena gente”, pero titubea mediáticamente ante lo que es la “gente bien”. Porque la gente bien –que no es siempre la misma– es la que impera en determinados momentos; “la que se lleva”, como diría cualquier idiota al uso. Es decir, la gente bien es moda, anécdota, pasajero estrellato d

La idea

. ¿No habéis tenido nunca una idea que está sin estar, que a veces parece un relámpago, que surge y se borra, que no nos da tiempo a pensarla cuando lo intentamos, que ocupa lugar en la vida y no lo parece; y no la pensamos; y vuelve una vez y otra vez; y se echa a la espalda todo cuanto hacemos sin verla, sin tenerla, sin pensarla…? ¿Una idea que sólo está ahí y de la que jamás hablamos; una idea sin hoy pero con siempre…? ¿No habéis tenido nunca una idea que no descubren nunca los psiquiatras ni sabe cómo tratar ninguno de los profanadores de nuestras precarias grandezas…? No es una idea enferma ni una idea importante. No es una obsesión ni es un proyecto. No se afana jamás en roturarnos la vida. Sólo es ; sólo está siempre –como un código secreto y propio, como un relámpago sin momento–, tensa y prometedora. ¿No habéis tenido nunca una idea así de rara, así de poca cosa, así de nada, sin hora ni lugar en vuestros días, pero sin la cual sólo queda la sospecha de un vacío inefab

La palabra

. . La palabra era andar desde la tierra, poner en ruta el alma, hallar un sueño; llegar a no sé dónde. La palabra, andariega y exhausta… Y el desierto; el último o el penúltimo, qué importa. El deber era andar y andar… Sin luego, sin porqué ni trasunto, sin paisaje, sin oriente ni norte. Signo y viento. La palabra que aún pisa estos renglones… La palabra eras tú. ........................................ Yo fui su intento. 14 octubre 2010 .

Love story

. . Fue a finales de agosto, del último agosto, en algún lugar de Portugal. Lo encontramos al volver al hotel. Tendido, serio, melancólico; con esa mirada que se intuye en la foto y ponen los perros cuando están tristes. En el hotel había dos huéspedes que tenían una hermosa y canina dulcinea . Y el pobre, un chucho andante , un cuadrúpedo caballero de incontables y jamás sabidas hazañas, había caído en las redes de su natural encantamiento. Lo acaricié mientras pensaba en las crueldades de la química. Porque lo decimos así, seriamente, con arreglo al canon de los laboratorios: alteraciones hormonales, complicados procesos químicos a los que el circunstancial azar en que se produjeron les permitió mantener esta o aquella especie. Científicamente hablando, así es “el amor.” Pero la pregunta es por qué la química no se limita a ser química, por qué tiene que empeñarse en otra cosa. Para la funcionalidad y la eficacia no se necesita nada más que la acción y la reacción . Si un progr

Las regularidades del tiempo

. . Mañana volverá a ser tarde. Siempre llego después, que es cuando ocurre lo de ayer o siempre. Tiempo que ya no es tiempo al cabo. Siempre mañana; siempre nunca. Nunca siempre… Mañana tardo todo cuanto tardé en perderte. O algo más… que después de tanto dejarme los jirones tristes de la palabra entre los labios, más antes, más después, más ahora son naves para igual naufragio. Mañana otra vez será ayer. Y ayer… sólo un hoy destrozado. 6 octubre 2010 .

Siracusa o la caverna; o... la caverna y los sueños

. Tengo que reconocer que aquí, en la caverna, las ideas acaban oliendo a rancio. En Siracusa, Platón estuvo a punto de ser vendido como esclavo –o lo fue, según se vea– porque se empeñó en encender ideas en el cráneo de un tirano. Y el tirano, que se aburría muchísimo con el empeño, decidió embalar al filósofo como si fuera una eficaz herramienta. Menos mal que un tal Anniceris que pasaba por allí lo rescató, tras abonar las veinte minas (al cambio, unos 5000 €) en que, al parecer, lo habían tasado. Evidentemente, el cráneo del tirano era una de las muchas cuevas que han sido, son y seguirán siendo, por voluntad que un filósofo ponga en excavar tragaluces en ellas. Dos veces más tropezó Platón con Siracusa y, con tanto tropiezo, superó la cuota de error que el adagio nos permite a los hombres comunes. Pero él no era “común”; tal vez, de ahí su exceso. Al final, se dio cuenta de que “invertir ideas en la caverna” era un oscuro negocio: más tarde o más pronto, olían mal y “no servían

Otoño

. Tras la lenta tristeza de los días, tu mirada distante, enajenada, presunta en cada gesto de la tarde; ausente, inactual, medio inventada… Todo el otoño hoy. Ocurre y vuelves, disfraz de luz robado, a mi ventana. Yo beso la advertencia de un reflejo que ha colgado la tarde de las ramas; de tus ojos, sin luego y sin ahora; de los míos, sin antes ni mañana… Sé de extraños paisajes que no tienen un lugar en el mundo. Sé de mapas que dibujan ciudades que no existen. Sé de ti. Sé de mí. Sé de la nada. Sé del romo horizonte del vencido; sé del puñal que traicionó su audacia… Y tú vuelves sin ti, a pesar de todo –la mirada distante, enajenada–, tras la lenta tristeza de estos días; ausente, inactual, casi inventada… 24 septiembre 2010 .

La metafísica y la cobardía

. Comienza Heidegger su Introducción a la Metafísica con una pregunta de altos vuelos: “¿Por qué hay ser en vez de nada ?” Y empieza así porque no puede hablarse de Filosofía Primera , que es como la llamaba Aristóteles, obviando tan incómodo interrogante. Precisamente por esta incomodidad es por lo que las acomodadas filosofías ilustradas y post-ilustradas acabaron borrándola de sus preocupaciones. Les bastó decir que tales preguntas eran un sinsentido (y, por lo tanto, un sin-respuesta ) para que la metafísica delegara sus inquietudes en la ciencia y se convirtiera a sí misma en un viejo museo de arqueología y palabras. Ya no se habla de metafísica nada más que para hacer alguna que otra visita de turística indiferencia por los paisajes escolares. Ni se habla, ni importa. En su lugar tenemos las crípticas conclusiones de la ciencia. Y digo “crípticas”, no porque en sí lo sean, sino porque para el común de la gente, que repite sus letanías con religiosa entrega, lo son. Me dig

Evocando a Gutierre de Cetina

. Como yo no tengo tiempo, hoy escribe el caballero ; absolutamente inactual , naturalmente. …¿por qué si me miráis, miráis airados? No se lleva, lo sé. Diría, incluso, que sin querer disgustas, que molestas; que te presumen tonto, necio, iluso; un patán trasnochado, un aguafiestas. Pero aún somos verdad. Somos y amamos de una forma irreal que nadie entiende. Estamos –por estar donde no estamos– sin hoy, ayer, mañana; siempre aquende, siempre aquí, sin ahora... No se lleva este amor –ya lo sé–, sino otra cosa; no este afán de agrandar el alma nueva si te rozan los ojos de una diosa. Porque a algunos nos basta una mirada. Sólo eso, ya ves… Aunque sea airada. 9 septiembre 2010 .

El otro pensador

. En Figueira da Foz un 25 de agosto cercano . No sé qué hace allí, ni quién lo puso allí para hacer lo que yo no sé. A su derecha queda el mar, el océano inmenso. A su derecha y cerca. No se ve, se intuye; se oye y huele. Pero él no mira tanta cercanía ni atiende a tanta posibilidad. Él parece pensar. Visto de frente, incluso parece enfadado. No me extraña, supongo que es por la verja, por esa cárcel de acero que le niega la inmensidad que permitimos –todavía– al océano. Porque el pensamiento es como el océano, cuyo límite es la tierra; pero si el océano quiere, ni la tierra lo limita: si se embravece, la costa tiembla; si ruge, el hombre calla…, y aguarda la mansedumbre de las olas para cobrar el fruto de su respeto. Con este pobre pensador no sucede lo mismo. Está encerrado, rodeado de un acero implacable que le impide el mar y le niega la inmensidad. Cuando lo vi, no pude resistir la tentación de fotografiarlo. Ni de pensar que ese montón de materia triste tras una verja era un esp

Cuando llegue septiembre

. . Septiembre es un mes de recortables. Quiero decir que hacemos su escenario recortando las figuras que nos quedaron en el alma perdida, en esa fantasía que, entre disgustos y entusiasmos, se nos fue haciendo tierra-firme en los ayeres que somos. Porque, ontológica y rigurosamente hablando, eso es –nos guste o nos disguste– lo único que ciertamente somos : un racimo de ayeres y un juego de recortables. Cuando yo era niño –cosa que, pese a parecer sorprendente, hubo una vez que fue verdad– la realidad virtual se hacía con tijeras y Colinón . Ahora se hace de otra forma, que a mí, naturalmente, no me parece la debida. Pero la cuestión no es ésta. Yo hablo de septiembre. Con voluntad existencial, a qué negarlo... Porque el año real muda en septiembre. No en enero, como confusamente pensamos, sino en septiembre, que es cuando nos embarcamos en la nave de siempre hacia un puerto desconocido y, para evitar naufragios, nos recortamos el alma y pegamos sus humildes glorias en las carta

Entre chulos y estraperlistas

. . La Razón es la patria natural del ser humano y el Estado que administra los bienes que corresponden a aquélla se llama racionalidad. La racionalidad exige una tasa para el comercio de tales bienes. Y esa tasa es la verdad. Cuando la racionalidad hace trampas, cuando compra y vende silogismos sin pagar a la verdad sus tributos; cuando embauca, seduce, corrompe o distorsiona los fundamentos a que se debe, aparece el estraperlo (ahora se llama mercado negro , lo que chirría, por cierto, con la siempre vigilante corrección política ). Y las ciudades del hombre se llenan de estraperlistas. Aunque pueda parecer lo contrario, no estoy hablando de economía, sino de filosofía de la verdad. O, lo que es lo mismo, del amor a la patria que por naturaleza nos corresponde y anda prostituida por las tertulias de sus mercaderes. Cada vez que abro un periódico, consulto una web o escucho un trocito de conversación en cualquier calle, me llega el tufo indecente del estraperlismo. Porque a los ciuda

Bye, bye... Earth!

. We have made remarkable progress in the last hundred years. But if we want to continue beyond the next hundred years, our future is in space. Stephen Hawking Ya lo hizo el caballero . Por razones distintas (o no tanto), pero lo hizo. Claro que a él le ocurre lo que a mí, que hace equipajes para el alma y se larga con ella a cualquier otro tiempo. Por algo es inactual . No es lo común en estos días de tanto andén y tanto aeropuerto; con tanta mochila y tanta maleta; sobre tanta playa y ante tanto horizonte… Eso es irse a otro paisaje, eso es ser eventualmente inespacial. Tampoco es de lo que habla Hawking , ese gurú de las ciencias limpias (llamo limpias a las ciencias que se atreven con el tiempo, tanto que lo que nos dicen suena a ciencia-ficción; las otras, las de corto vuelo, no lo son porque se ensucian con la recalcitrante marranada de los hechos). Él propone un modelo de voluntad nuevo para planificar otro tipo de viaje. Como si dijera: muchachos, ya está bien de tonterí

El equipaje

. Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. Antonio Machado No serán muchas cosas; tú bien sabes que detesto llenar el maletero de empeños prescindibles, que prefiero las alforjas de viento de las aves. Y sobre todo, no olvidar las llaves, para volver –si puedo– adonde quiero –mi billete de vuelta es un llavero, un renglón de metal de amadas claves–. No serán muchas cosas… Tres o cuatro pinceladas del alma entre la gente. Un aplauso que no tuvo teatro; tal vez un verso, que quedó pendiente... Y en mis ojos, de lejanía llenos, los tuyos... donde echar a Dios de menos. 7 agosto 2010 .

La isla y la rebeldía

. . Dejémonos del tiempo... Dejémonos de todo: la vieja mecedora del hastío, la luz de la mesilla como un faro sobre la mar rizada de las sábanas, los cuerpos enredados entre besos, tristezas y naufragios… Dejémonos del tiempo que está casi cumplido, que no quiso esparcir ni glorias ni grandeza, que fue humilde y vulgar, que anduvo entre relojes cotidianos señalando las horas obligadas, previstas... Y volvamos los ojos a la ciudad que nunca visitamos, a esa ciudad que sólo fue proyecto y horizonte de un día de entusiasmo, puerto de promisión en las costas de un sueño que inventaba su crónica y su hazaña… Dejémonos del tiempo, que al cabo desembarca en la isla final que no quisimos. Septiembre 2002 .

Esparciendo silencios

. Antzar Eguna . . . Pelea de gallos . . Correbous . . Tauromaquia . . Aborto . . . Sembrar imágenes no es más que esparcir silencios. Pero los silencios se esparcen porque se está convencido de que el cambio climático de la razón no es irreversible; de que, tarde o temprano, tendrá que llover a cántaros … Y los silencios volverán a germinar en sensatez; y la sensatez, a florecer en coherencia. Y la coherencia a dar frutos de racionalidad. Porque la esperanza es grandiosamente resistente ante el monóxido de carbono que exhalan los oligarcas y los sinvergüenzas. A cántaros. Pablo Guerrero   .

El cromosoma “y” o la verdad extrañada

. . Esto no es un poema, es una carta de dolor y de rabia que me escribo a mí mismo. Reclamo la ternura para aquéllos que son como yo soy, que se enamoran de una mujer un día luminoso, inesperado, y después, si las cosas no son como debieran, sólo saben soñar la propia muerte. O romper elegías y destrozar sonetos… O de bourbon ponerse hasta las cejas. No tengo más remedio que decirlo porque soy el que soy y no me importa: un yo con una i griega inevitable, un alma irregular para los tiempos que corren y desbordan la palabra –un heterogamético sin duda–, capaz de la ternura y la inocencia, celoso hasta el nivel que la verdad permite como tantos que aman y no matan, pero mueren si ocurre la mentira, si pasa la traición, si un día el cielo amanece sin luz, o tampoco amanece. Yo soy –como otros muchos– una fórmula viva y orgullosa de llevar una equis amputada en el carné de identidad del alma. 24 julio 2010 .

La espada de Héctor

. . La voz con que me hablabas; los gestos, las miradas, las sonrisas… La lluvia de una tarde sin memoria y la cinta que no ciñó tu pelo empapada en mis manos sin las tuyas . La mañana de un sol en ningún día, o en el día de siempre sin tus horas, encendiendo la tierra no presente de unos ojos espurios, irreales. El vuelo de las aves sin augurio. Las calles sin rincón ni profecía. El encuentro inviable, la evidencia de un viejo soliloquio de silencios… Y en mis manos la cinta de tu pelo; y la espada de Héctor en las manos de Áyax –¿qué otro loco luchó contra un rebaño reclutado en su heroica locura?– La voz con que me hablabas o el regalo de Héctor… Y al final, como Áyax, el filo de un delirio desangrándome el alma. 18 julio 2010 .

Los héroes y los demás

. A la Selección de Fútbol de España y a su ‘hombre tranquilo’. Todo el mundo entiende por qué El entusiasmo es nuestra necesidad más importante. Lo descubrieron los griegos y lo sembraron en el tiempo. Y ha llegado a nosotros por las torrenteras de la Historia. Vuelvo a los héroes. A la referencia de los pueblos. Históricamente, quiero decir. Humanamente siempre. Los héroes son hombres con dos o tres cucharaditas de un dios que a la grandeza le suman la posibilidad. De los hombres es aquélla; de los héroes, ésta. Pero no siempre ocurre la grandeza. Aunque lo sea; aunque con ella se pueda definir a cualesquiera hombres y mujeres de cuantos son, serán o han sido. Se necesita el tacto divino con que -los griegos decían- son tocados los héroes. Y cuando esto ocurre, cuando pasa lo que habitualmente no pasa, estalla en los demás el generoso entusiasmo de la admiración, del arquetipo, del modelo... Y todos se saben grandes porque alguna grandeza ha sido posible. Siempre habrá recalcitrantes

La voluntad inútil de los grillos

. Los grillos son manuales de nostalgia, voz alta del verano en la memoria. Los grillos no consienten ausencias a la noche y por eso nos duelen sus guitarras al aire. Los grillos cantan coplas a un celo inacabado, a una pasión sin norte ni trasunto. Los grillos son palabras que están de imaginaria y velan el insomnio del silencio. Los grillos que buscábamos de niños con jaulas y linternas para encerrar su lira en nuestras manos. Esos grillos de ayer, que no son éstos, son lo igual, son lo mismo, son aquello que deben: la voz no derrotada de un cansancio incansable; la misma eternidad, la misma empresa inútil, la hazaña atemporal de militar en siempre… La soledad de siempre… La guerra contra nunca. 5 julio 2010 .

Formas de aire

. Son memoria del aire –porque el aire es un raro fluido con memoria–; formas incontinentes o caricias sobre la piel de un cuerpo sin regreso. Como una tinta dactilar sublime, escriben impensables transparencias; y se acuerdan de gestos, de ademanes, de sonrisas y otros muchos olvidos. A veces hablan –o creemos que hablan cuando su voz acude a los prodigios–; y nos cerca una inmensa enciclopedia de cuerpos no presentes, de vacíos que no vemos y están y se atavían de un ropaje inviable. Se pasean todos los días por las mismas calles. Sonríen con nosotros o discuten, a veces, y se van. Y vuelven luego con un ramo de viento en la mirada. Todos los días a la misma hora y en el mismo rincón de cualquier parte: un jardín con acacias, un camino que suspendió horizontes en septiembre; la noche de un bolero, la infinita desolación de una alegría ausente… Todo guardado aquí, junto a nosotros, en estas formas donde habita nadie. 29 junio 2010 .

Do not forsake me...

. A un viejo sueño infantil, cuando yo quería ser Will Kane y soñaba desde el corazón No dejes los jardines regados de tu ausencia, ni los parques desnudos, ni la ciudad cerrada: la tarde no tendría oficio de vencejos y el sol tropezaría en oscuras ventanas. Yo abriría una tienda para vender las sombras y el farol de un soldado vigilante del alma. Sería largo el día; y cuando anocheciera, las estrellas tendrían extrañas coordenadas: Rigel, las de Proción; las de Vega, Capella… Y Marte las de Saturno; y las de Titán, Titania. Un cielo con Alzheimer, destartalado y loco. ¡Después del largo día, la noche enajenada! Yo sería un cobarde o un héroe sin empresa, un Aquiles canoso mendigando una hazaña; una calle vacía, sin mediodía o gloria, con Will Kane, solo y vano, persiguiendo su nada. Y las manos vacías… Y el polvo del desierto asfixiando un revólver cargado de seis lágrimas. No dejes los jardines regados de tu ausencia. Ni a mis héroes solos. Ni tu ciudad cerrada… 25 junio 2010 .

Los postulados de Dante

. . Volgi, Beatrice, volgi li occhi santi, era la sua canzone, al tuo fedele che, per vederti, ha mossi passi tanti! Dante. Purgatorio XXXI Aquí no ocurre el mundo: sucedemos nosotros; solamente nosotros. Aquí, donde no hay tierra ni cielo ni horizonte; ni sol, ni mar, ni lluvia... Entre los postulados de la ciencia de un loco. Aquí, donde seguimos –sin ser y sin estar– sucediendo en un día que no halló calendario. Debajo de la noche; demasiado debajo. Aquí, tú y yo tan sólo citándonos en nunca al lado de un farol que no alumbrará nunca. En esta calle extraña que no tiene ciudad ni acera ni calzada ni mapas de refugio. Aquí, tal vez mañana, seguiremos hablando de un hoy sin arrogancia y un ayer distraído que ocurrió sin que nadie le brindara un recuerdo. Solamente tú y yo, sucesos sin registro. ...Y este tenaz empeño de inventar la memoria. 18 junio 2010 .

La frágil fortaleza

. Es el cielo el que se adorna con antojos que nos superan. Nosotros inventamos el me-da-la-gana ; y el cielo el pero-qué-tontos-sois . Nosotros invadimos la infinitud con teorías y maquinarias; y la infinitud nos desarmó siempre con sus raras voluntades y extraordinarios espectáculos. Detrás de una corbata, o del cuello abierto de una camisa a cuadros, no hay ni un dios ni su posibilidad, sólo su pretensión soberbia. Si no fuera tal, si se tratara de una pretensión humilde, no habría nada que objetar. Porque la humildad que pretende un sueño sólo quiere parecerse a la grandeza de su intento. La otra, la ensoberbecida, aspira a sustituirlo, sueña con suplantarlo. Antes del homo sapiens , circuló por nuestro poco mundo el homo faber . Este hacedor de cosas, que le consentían vencer a las bestias que lo aterrorizaban, nos dejó un sello genético imborrable. La historia de la filosofía fue el loco intento de derrotar su dominación. Tuvo, claro está, sus luxaciones teóricas: la engreída van

El enajenado

. . En extraño lugar así yo puesto, de nadie sino vos podré valerme. Ausias March Tuyos son los catálogos felices que ordenaron mis sombras en sus días. Tuyos son mi saber y mi ignorancia; y concederme más, y no importarte que en tan pequeño cuenco hubiese nada. Tuyos son los telares con que Aracne tejió mis vanidades y mis noches. Tuyos, los ojos que jamás me vieron y cruzaron conversos de una imagen extraña. Tuyos, los labios que en mis labios se dejaron el rastro de una empresa. Tuyos, los días que me hicieron daño, a veces sin querer, a veces nunca... Tuyos, el precio del mundo y su importancia, las letras impagadas de unos versos, la deuda inexplicada de la vida… Tuyos, el sol y el verbo regalado. Tuya, la cartografía de mi alma. 11 junio 2010 .

Amor analfabeto

. Desde 'allá' me lo envía. Como tal, lo transcribo: Dicen que 'quien hace la ley hace la trampa'. No es exactamente así: a veces la trampa se hace antes que la ley. Concluya quien esto lea a qué enferma contradicción podría referirse este 'presunto' poema, que a no mucho más aspira. Ya no sabes, amor, leer los días. Discípulo del tiempo, has olvidado que todo era un proyecto de la tierra al que no le bastaba con ser tierra, que su barro era un alma sin gramática y tú la voluntad de su sentido. Ya no sabes -qué tristemente estúpido te has vuelto con los años- por qué mueren los nombres y naufragan en la noche las naves de un destino. ................................................. Ya no sabes amar, amor extraño, nada grande. Amor analfabeto... ¡Amor maldito! El Caballero Inactual 7 de junio de 2010 .

Napoleón y el ruido

. Lo he oído de dos formas sutilmente diferentes: la música es el más bello de los ruidos, pero ruido al fin ; y, la música es el menos molesto de los ruidos … Se parecen, desde luego, pero la primera afirmación suena más física y la segunda más militar , más napoleónicamente militar . Es probable, no obstante, que el tímpano de Napoleón, acostumbrado al eco grave y sordo de la pólvora negra, estableciera tan duro contraste entre el ruido y la música con intención que se nos escapa: tal vez pretendía dignificar a aquél, antes que menospreciar a ésta. Si así fuera, yo aplaudiría la frase porque la pólvora negra estalla con la cadencia subterránea y profunda de una tragedia griega. La otra, sin embargo, la que llaman sin humo –la de nuestros días– revienta los oídos como una telenovela hortera de media tarde. Naturalmente, esto es una apreciación muy personal. Lo que es evidente es que hay vibraciones de las moléculas del aire que incomodan – ruidos – y otras que no – música –. Las prime

El renglón confuso

. En Coslada, Madrid, a dos manzanas de un viejo amanecer, que ni se atreve a ser amanecer, que ocurre y bebe la soledad de Dios en sus ventanas. En Coslada, trucando las mañanas, falsificando el día que aún me debe la esperanza de luego; y el sol, breve, tan vulgar y tan breve, tan sin ganas… Ya lo ves, aquí sigo, ajeno y raro, arañazo en la tierra de una sombra y confuso renglón de un verbo vivo; crédula ingenuidad de un día claro que lleva el nombre con que el sueño nombra la llaga de un después definitivo. 28 mayo 2010 .

El futuro de la mentira

. La mentira en el niño es una inversión de prometedora inteligencia en su desarrollo. Lo dice el doctor Kang Lee, un señor que, sin duda, no conocemos muchos, aunque dirija el Institute of Child Study (escrito así impresiona mucho más) de la Universidad de Toronto. Y no lo dice porque sí, lo dice como consecuencia de un laborioso estudio realizado sobre incautas criaturas veraces y prometedores trileros de la verdad. La Psicología es una ciencia enferma vendida a la eficacia. Que un sinvergüenza tenga más futuro que un hombre honrado no es ningún descubrimiento. En la clase de mundo que hemos hecho, naturalmente. Sin embargo, casi es maldad ampararlo en una supuesta ley científica. Porque, “a pie de calle”, las leyes de la ciencia son nuestros mandamientos . Aunque se confundan, aunque luego digan digo donde antes dijeran diego . Y si pensamos en la Psicología, la alternancia digo-diego se aproxima a las alteraciones estéticas de la "Pasarela Cibeles", que hoy dicta blanco d

El octavo pasajero

. . Dice Tertuliano en su “De patientia”: el que tiene paciencia en el perder, se ejercita en saber dar; porque la paciencia en las pérdidas es la enseñanza de la liberalidad . Si los políticos e “intelectuales” hogaño hubieran hecho algo por mantener una pátina de rigor en las ideas de muchos de sus súbditos, los titulares de sus vergonzosas –o vergonzantes– prácticas podrían justificarse a menudo con citas como ésta. Pero, claro, eso exige una didáctica y una pericia en la decente paciencia de la que carecen y a la que ya nadie –casi nadie, mejor– aprecia. Los hombres siempre se han querido creer dioses, aunque antes tenían la decencia de no intentarlo. Roma hizo algunas tonterías al respecto. Y así le fue. Pero lo de los últimos tiempos no tiene parangón. Han sido –y este “sido” goza de subliminal inercia por “seguir siendo”– tiempos ansiosos que lo querían todo “ya”, antes incluso de que ya pudiera pronunciarse. Uno se acuerda de los yuppies , aquellos young urban professionals de

Eterno retorno

. Un día no está el mundo donde debe; ni las rosas, perdidas, en su tallo. Llueve aún… Y parece, cuando llueve, que mayo no se atreve a hablar en mayo. Un día, nada es… O es la sorpresa repentina de haber un día sido este trozo de Dios que se confiesa y habla con Él de un sueño inmerecido. Un día como éste... Cualquier día de los que ya no cuentan con vosotros –sombras borradas de la calle mía–, rompe el tiempo y, de pronto, cruzan otros. Y pasean su ajena incertidumbre. Y ocurre el mundo aún… Es su costumbre. 10 mayo 2010 .

La mirada de los almirantes

. . Mi oficio es bregar con el “problema”. Esto lo puede decir cualquiera, ya lo sé; pero el mío, mi problema , aun siendo común y humano, se dice entrecomillado en nuestros días. Porque la educación es un problema; mejor dicho, es “el problema”; y quien no lo piense así tiene la misma capacidad de diagnóstico que una sardina acerca de la peligrosidad de un petrolero reventado: simplemente se muere en su vertido. En mi oficio tratamos con gente por hacer a la que hacer debemos . Lo que no siempre se nos permite; o se nos permite muy poco. Hay grandiosas miradas oteando el horizonte que fijan rutas y derrotas para llevar a buen puerto su preciada mercancía. Lo nuestro es conservarla en buen estado para que el mercado funcione. En mi opinión de vulgar vigilante de las bodegas, el problema es ése precisamente: la mercancía. Primero, porque no lo es humanamente; y segundo, porque acaba creyéndose que lo es. No acierta uno a entender, desde aquí abajo, las complejas coordenadas que fijan l

La aburrida maldad de la idiotez

. Las palabras y los conceptos han sido siempre objetos preciados y delicados para el hombre. Digo “han sido”, que es un pretérito perfecto, porque ya no lo son –que es un imperfecto presente– o lo son cada vez menos –que es un planto tristísimo ante su inminente inhumación–. Hoy por hoy, las primeras y los segundos se tratan sin respeto; se manosean, se ensucian y se rompen en bocas, plumas y cabezas que no son merecedoras de su dilatado esfuerzo. Cultura y filosofía , sin ir más lejos. Hay aspectos comunes entre ambas. Una y otra remiten a totalidades: de usos, costumbres, creencias y destinos, la primera; de ideas, interrelaciones, sentidos y cosmovisiones, la segunda. También hay diferencias, naturalmente: aquélla se hace con el tiempo y su trabajado curso; ésta, desde la enorme mirada de una lechuza que es préstamo de Minerva. Pero la mayor semejanza entre las dos, la que les daba razón de ser, ha sido la peor parada. Esa similitud era también una palabra. Y otro concepto. “Articu

Los otros mirlos

. …vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha Quieren ser quienes nunca podrían. Ponen la misma tilde oscura entre los árboles en cada atardecer, disimulando su tarea imposible, su no culpable farsa. Cantan igual que cantaban aquéllos que no volveré a oír ninguna tarde. Quieren ser los de siempre. Pero su voz no viene con mis nombres, que andan huérfanos ya, rodando el mundo, preguntándome a quién se referían, qué alegría anunciaban o en qué beso podían refugiarse cuando amaban. ¡Nombres sin qué nombrar, cobijo del silencio que me ha crecido tanto y tan de pronto! No son ellos... No son los que podrían recitar la gramática del alma, recuperar los signos que escribieron la página que no los reconoce. Los oigo. Sé que tienen la razón de la vida... Mis razones son cosa que cantaron otros mirlos. 23 abril 2010