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Eterno retorno

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Un día no está el mundo donde debe;
ni las rosas, perdidas, en su tallo.
Llueve aún… Y parece, cuando llueve,
que mayo no se atreve a hablar en mayo.

Un día, nada es… O es la sorpresa
repentina de haber un día sido
este trozo de Dios que se confiesa
y habla con Él de un sueño inmerecido.

Un día como éste... Cualquier día
de los que ya no cuentan con vosotros
–sombras borradas de la calle mía–,
rompe el tiempo y, de pronto, cruzan otros.

Y pasean su ajena incertidumbre.

Y ocurre el mundo aún… Es su costumbre.


10 mayo 2010
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Comentarios

  1. El primer verso me ha recordado a aquel "no está el amor donde el amor debiera" (cito de memoria, espero no confundirme;-)

    Tal vez por eso mayo no se atreve a hablar en mayo en un mundo tan ajeno. Quisiera guardar una parte mía, pero otra de sus costumbres es no dejarnos ni la tranquila conciencia del propietario. No, porque
    "cualquier día
    de los que ya no cuentan con vosotros
    –sombras borradas de la calle mía–,
    rompe el mundo y, de pronto, cruzan otros".

    Ya sabes, sólo nuestro corazón, esa pecera melancólica, se queda hasta el final. Tal vez sea bueno que ninguna otra cosa nos pertenezca del todo.

    Un beso.

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  2. Sobrecogedor. Qué maestría, y qué acierto, verso a verso.

    Me quedo, sobre todo, con
    "rompe el tiempo y, de pronto, cruzan otros".

    Por no hacer mudanza...

    Un abrazo,

    Francisco

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  3. Y ocurre el mundo aún...

    ... con sus altos y sus bajos, con sus presencias y su no-presencias. Y ocurre; reímos y lloramos.

    ... Ocurre el mundo aún. Y todo se entrecruza a cada paso.

    Un saludo Antonio.

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  4. Así,en la duda, abandoné mi vida:
    ahora tristes presagios,sueños,negros pensamientos
    me asaltan;y quiera Dios que en vano.
    Me entristece estos sonetos, cargados de fúnebres pensamientos.
    Me gustan más:
    Así caí en la red, y aquí me han atrapado
    los bellos gestos,y las palabras angelicales,y el placer,y el deseo,y la esperanza.

    Muy hermoso tu poema.

    Un beso dulce.

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  5. Unos versos preciosos, Antonio. Como siempre , los leo varias veces. Y me recuerda esos días en los que parece que el día anda desubicado... y la mañana parece más noche que luz. Las personas parecen salidas del túnel de un tiempo distinto. Tan rodeada y tan sola. Intuyes que no hay ni siquiera un hilo del mismo color que te ate a nadie. Te rozas por la calle y ya ni te sorprende que nadie te hable ni se gire ni te dé la mano. Son otros ... Ni míos ni tuyos ni suyos...No son de nada que puedas re-conocer.

    Ese día dormirías hasta que despertara un amanecer como los de siempre. Un día de mayo... en mayo.

    Un saludo cordial, Antonio.

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  6. No sabéis cuánto agradezco el buen trato que siempre me dais. Tengo, últimamente, días turbios. La vida es como una película que empieza en cinemascope, sigue en el technicolor habitual, pasa al blanco y negro de quienes así crecimos –que diría Garci– y acaba en el cine mudo que apenas recordamos unos pocos. Puede que el final sea de Chaplin: una sonrisa que no se cuenta porque no se habla, pero se dice porque sí se siente. Pero esto es otra historia. Me quedaré, no obstante, con lo último: “decir”… porque lo siente uno.

    Por ejemplo esto: gracias…

    Olga, por esa lealtad tuya a mis tontadas, que, como el rayo de Miguel Hernández, no quiere cesar nunca; ni nunca abandona el cariño de su relámpago.

    Francisco, por el lujo que me ocurre cada vez que me regalas tan generosamente.

    Ana, por tu insistente insistencia en adornar mi medio-decir con tus palabras.

    Veridiana, por el hechizo de tu pincel, decididamente impresionista, que me perdona siempre esta vulgar y humana condición.

    Sunsi, por llamarme “profesor” (no digo hoy, pero lo haces casi siempre) a pesar de mi evidente torpeza para, por ejemplo, hablar de mayo como sí te alegraría.

    Y sólo una cosa más; algo así como un remordimiento o una metafísica contradicción: no me explico cómo puedo ser tan “insociable” habiendo tan buena gente por el mundo.

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  7. Si te se sirve...
    ¡Eres genial Antonio!

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  8. Gracias por tu agradecimiento, Antonio... profesor. ¡Ei...!Esto no es un adiós o algo por el estilo, ¿verdad?.

    Pienso que no eres poco sociable... Pasa que ves con gafas de aumento hacia dónde desemboca la sociedad y no te callas. Es muy distinto. Creo. Y la sociedad, la educación, la escuela, la docencia... tampoco está para echar cohetes o montar un festival.

    Un saludo cordial y agradecido, profesor y amigo.

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  9. “Genial”, Veridiana, sólo me valdrá el día que la RAE incorpore este significado: “dícese de la persona que tiene mal o pésimo genio.”

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  10. Gafas de aumento uso, es verdad, Sunsi, pero por culpa de la presbicia. Lo otro, lo de la insociabilidad, me viene de siempre. Insisto: nací en Viernes Santo, que no es día para hacer buenas migas con el hombre. Pero, naturalmente, estoy de acuerdo: no hay mucho alrededor que se merezca fuegos de artificio.

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  11. jeje, ahora entiendo...
    Yo nací en Sábado Santo,también conocido como ( Sábado de Gloria)

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  12. No te escribo nunca pero, algo me obligo, te leo normalmente, desde hace unos cuantos meses, eso solo ya es una felicitacion en si, no suelo seguir blogs.
    Este ultimo escrito me gusto tanto que me puse a leer los comentarios y ahi, llega el porque te escribo si la rae incorpora la definicion de "dicese de la persona que tiene mal o pesimo genio" no sera bajo "GENIO" sino seguramente bajo mi nombre... saludos y segui asi que me das un poco de literatura por afuera de la biblioteca.

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  13. Muy agradecido por tu visita, amigo Anónimo. Lo evidente es que, hoy por hoy, el "genio" del hombre anda bastante contrariado.
    Un saludo.

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  14. "y ocurre el mundo aún...es su costumbre.", por muy difíciles que sean los días, aunque las situaciones a las que nos enfrentamos sean, de tan cotidianas "inesperadas" para nosotros, el mundo sigue "ocurriendo",¡cuánta verdad ocultan esas pocas palabras!

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  15. Gracias, Rocío.
    Como siempre, un placer verte pasar por esta calle.
    Besos.

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  16. Querido Antonio. Creo que si me pasan estos versos impresos en papel, sin rúbrica, sería capaz de reconocer tu paternidad.

    Otro magnífico soneto, marca de la casa... en el que he creído oír tu voz mientras lo leía.

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  17. Pocas cosas pueden agradecerse tanto como que alguien nos diga que puede leer el DNI de nuestra palabra. Muy pocas; probablemente, ninguna.

    Gracias, Alejandro

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