Como dispuesto desde hace mucho tiempo,
como un valiente,
di adiós a Alejandría que se aleja.
Y sobre todo no te engañes, no digas
que fue un sueño, que se engañó tu oído;
no aceptes tan vanas esperanzas.
K.
Kavafis, El dios abandona a Antonio
No es fácil decir adiós a
Alejandría. Hay que entrenarse, prepararse intensamente. Mientras la vida se
parece a la vida y sólo cree en sí misma, no hay que gastar toda la energía en
vivir simplemente: hay que reservar frecuentes intervalos para pensar que uno
quiere vivir lo que está viviendo. Porque después, después del verdadero después, llega la debilidad, el engaño
pusilánime de que nunca fue real lo que en realidad fuimos, lo que quisimos ser; de que todo fue un sueño y nosotros
una mentira. Ésta es la gimnasia del cobarde, la miserable práctica del que no
se atreve a sí mismo.
La vida del hombre es creación y
debe ser convicción, entrega convencida al acto de crearse. Lo contrario, convencerse
primero y deber hacerse después, es una fantasía escolar que esclerotiza la
voluntad y la responsabilidad minimiza.
Se necesita valor para decir
adiós a Alejandría. Tanto da que hablemos de un hombre o de un pueblo, de una
persona o de una civilización: nadie ni nada puede renunciar a lo que eligió
ser.
"acércate resueltamente a la ventana,
ResponderEliminary escucha con emoción...
Y dile adiós a la Alejandría que pierdes."
No,no es fácil de decirle adiós a Alejandría pero... Esperemos hacerlo con dignidad, valentía y responsabilidad.
Y si Antonio, pensando que hemos sido lo que queríamos ser.
Un beso como siempre
No basta ‘pensar’, es precisa la convicción. También de los ‘pueblos’; insisto: ‘los pueblos’. Y la convicción exige la asunción: y la asunción, la responsabilidad. Saque cada cual la lectura que quiera de esto, pero el ‘valiente’ decir adiós a Alejandría de que hablo no es asunto exclusivo de las melancolías individuales.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Doña A, y un beso... Como siempre
Me fascina Egipto:Esos misterios,esas sombras, que no se si alguna vez se despejarán,esos solitarios y ominosos parajes...
ResponderEliminarNefertiti,los antiguos dioses,todo lo referente al imperio Nuevo...
Hay que regresar a Alejandría.
Un beso egiptómono.
A 'esta' Alejandría, mi temida Circe, es difícil "regresar"... En realidad, es imposible.
ResponderEliminarGracias por tu visita y un beso.
Uy,qué triste estás!!
ResponderEliminarNo maximizas lo malo y minimizas lo bueno??
Te invito a "compartir" un café que estimula.
No, Veridiana, no estoy “triste”; sólo un poco ‘harto’… ¡de muchas cosas!
ResponderEliminarYo te invito a "compartir" un bourbon, que estimula más.
Yo me uno al bourbon en versión whisky.
ResponderEliminarUn beso.
Hummm,me apetece,también puede ser un Armañac...y una buena conversación.
ResponderEliminarPara mi por favor, un café muy caliente, muy cargado y con azúcar.
ResponderEliminarTambién una buena conversación.
Un beso.
Veamos: tengo Jack Daniel’s de whisky (creo recordar que es de tu gusto, Olga), Courvoisier de coñac (no es Armañac, Veridiana, espero que no te importe) y, por supuesto, café (todo lo cargado que quieras, Doña A). ¿Sería suficiente para una tertulia?...
ResponderEliminarGracias siempre por vuestra compañía.
¡¡Perfecto!!y seguro que sería una tertulia interesante...y me encantaría decirte:"Voy para allá".
ResponderEliminarFeliz tarde.
Bueno, siempre podremos brindar virtualmente.
ResponderEliminarFeliz 'mañana' (...es que he entrado aquí un poco 'tarde')