Como si hubiera dejado de quererse, hoy tiene el alma antojos de melancolía, como si se desentendiera de sí misma y no diera pie con bola en los relojes… ¡Como si nunca fuera ya lo único que importa! ¿Adónde vas extraña y decadente por ciudades de ojos sin mirada, a qué jardín de rosas para nadie? El hombre es el único animal que tropieza mil veces en el hombre. El hombre es el obstáculo del hombre, la piedra innumerable, la zanja de sí mismo. Llora el viento de frío y tiritan de abandono los brotes nuevos de los viejos árboles. Y tú, mi enajenada tú, confusa y enigmática, arrojas a los charcos tu vocación de ángel. Porque eres del hombre… A mí me perteneces y caes donde yo caigo; te hundes y te asfixias, anaeróbica hazaña de mis sueños. La noche iguala el infinito con el cero y Dios juega a los dados a pesar del sabio. Somos sólo el capricho de un misterio, la baza breve de un azar inexplicable. No dejes de que...