En Coslada, Madrid, a veintinueve días de una ciudad en la que aún sueño, mientras abril sobre otras calles llueve por donde sólo van sombras sin dueño. La noche es día, la mañana es tarde: mi ciudad ya no es más que un sinsentido, un tiempo muerto en un reloj cobarde sin hálito en las horas ni latido. En Coslada, Madrid, de vez en cuando imagino lejanos alborotos y niños que regresan correteando de ayeres dulces sin futuros rotos… ¡Y aún sueño esa ciudad cada mañana en Coslada, Madrid, tras mi ventana! Coslada 13 de abril de 2020