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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Jardineros, mirlos y lombrices

...los pueblos degeneran por defectos íntimos .  J. Ortega y Gasset,   España invertebrada Al sistema nervioso le ha costado muchísimo tiempo llegar a la complicada arquitectura del hombre. Su larga biografía está jalonada de tanteos rudimentarios; simples ensayos que, amontonando azarosas estructuras, se han apañado más o menos con los engorros de la supervivencia. Las lombrices, por ejemplo, rastreros y eficaces ventiladores del suelo, se manejan con bastante soltura. En su caso, en lugar de cerebro tienen un par de ganglios gordos y otro montón de ganglios –menos gordos– escalonados, gracias a los cuales al organismo no le va mal del todo. Claro que, a veces, la bota distraída de un jardinero o la depredadora ansiedad de cualquier mirlo dan fácilmente al traste con el futuro de tan precaria arquitectura nerviosa. Pero, mientras tanto, la lombriz puede felizmente seguir comiendo y cagando tierra, que es la tarea que por naturaleza tiene encomendada. No sé yo si el a