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Mostrando entradas de octubre, 2015

El otoño y la Historia

Miré los muros de la patria mía... Francisco de Quevedo Me gustaría escribir sobre el otoño como hace algunos años escribía. Me gustaría reunir en la palabra los ocres y los oros de sus árboles, los rojos melancólicos de sus rosas decadentes, los atardeceres tempranos de sus ciudades y campos. Me gustaría, pero ya no puedo. Y no puedo porque los trabajos y los días se han embadurnado de tintes profundamente desagradables. Tanto que pretender adornarlos de estacionales exquisiteces se me antoja intención bastante inicua. No son tiempos de lindezas; son tiempos de inexplicables aberraciones y de explicaciones aberrantes. A veces tengo la sensación de que hoy se vive la fantasía de una mente enferma, de que somos (de que soy) los extras de una película (malísima, por cierto) en la que unos descubren el Mediterráneo en el bidé de su adosado y otros cruzan un Atlántico al que confunden con el charco estancado de sus ideas. Se leen tantas tonterías a diario en los periódicos, que el ú