Mira el cielo una noche como ésta. Resta a su luminosa cicatriz la oscuridad y cuenta las estrellas hasta el agotamiento de los números. Invéntate un cometa o un sueño extraño que pueda proceder de cualquier parte que esté de ti muy lejos, de tan lejos que traiga en su equipaje dulces cartas de mundos que no existen, de paisajes que sólo el corazón visita a veces porque reina la paz sobre su nada. No pienses en los días que sufriste el cuchillo que vino por la espalda, ni en los horas de amor que te robaron enemigos oscuros; ni en la ira… Mira el cielo una noche como ésta negra y brillante en luz cicatrizada, como si fuera el último homenaje de la vida a tus ojos, de los sueños al loco laberinto de tus lágrimas. Julio 2020