Como dispuesto desde hace mucho, como un valiente, saluda a Alejandría que se aleja. Y sobre todo no te engañes; nunca digas que fue un sueño... Konstantin Kavafis, El dios abandona a Antonio Lo he sido por creer, porque creía con entusiasmo, con pasión, casi con locura. Aunque después de todo… ¡Después de todo siempre hay nada! A veces es la muerte la última razón del desengaño. A veces, otras cosas que ocurren entre medias, poco antes de morir o mucho antes. Un día, por ejemplo, se nos rompe un sueño, una asunto pequeño que nunca imaginamos que fuese tan crucial. ¡Y en él estaba todo sin embargo! Una foto, un collar, una canción traidora; el puñal de una voz; un verbo arrebatado al sueño que lo dijo… Un sueño como otro que no tenía importancia y se hubo de romper, mal a mal, para tenerla. Lo he sido por creer. Porque creía. Porque elegí la fe, que era mi reto. Porque el mundo del mundo me asqueaba, me aburría su gris estupi...