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Cosas de Prometeo

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Respondiendo a Rafa


No son ganas al cabo: son desgana
las ganas de la noche. Sobra el día,
la promesa del sol en la alcancía
de un corazón cerrado; esa persiana

que no quiere tratar con la ventana
los negocios de la melancolía,
que llora de querer cuanto perdía
ahorrando amaneceres sin mañana…

Sólo eso: el fuego que se aguarda
desesperadamente, la vencida
convocatoria del amor, la guarda
vigilante de un día más de vida…

Sólo eso, ni ganas ni deseo:
¡cosas de acá y de allá de Prometeo!


(31 marzo 2009)
.
.

Nota del viernes 3:

Era natural que Rafael Herrera, o el embozado, respondiera. Hoy lo ha hecho con la impecable elegancia que le caracteriza. Buscad abajo en los comentarios. Además, como él dice ...en estas estrofas las hay para ti, para Antonio Serrano, para Sunsi, para Olga, y creo que también alguna para mí. Gracias, amigo mío, desde el otro extremo del Mediterráneo y al norte de tu Córdoba, si no me confundo.

Comentarios

  1. Bravo. Prometeo, la luz y la poesía. Me recuerda a "Ganarás la luz" de León Felipe. Un abrazo, en la esperanza de que no sufras el castigo prometeico.

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  2. Durante el día, con la persiana subida y la ventana cerrada. A través del cristal una alondra picotea. El hombre se resiste. Demasiada luz que ser filtra desde la calle Melancolía. Sigue ahí la alondra. Su pico insistente como un gemido. Sus alas heladas se quieren colar en el caserón cerrado... tiene frío.

    La noche que da un portazo al día sopla con fuerza. Y en la ventana una alondra que parece dormida. Parece... no palpita.

    El amor era una alondra. A veces se hace tarde. Es la resistencia del hombre demasiado humano ...

    Creo que a veces, esperando la noche... se hace tarde.

    Un saludo y gracias . Me repito... ¡precioso poema!

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  3. Tienes razón, Antonio. En particular por la afortunada visión de la poesía en “Ganarás la luz”: “La poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea... para que no nos olviden…”. Pero el Prometeo éste, las cosas de este Prometeo, no tienen proyección universal. Es un Prometeo pequeño y cerrado, que no conquista el fuego, sino lo “aguarda”; que no lo devora un águila por su gran osadía, sino él a sí mismo por su enorme insignificancia. No es nada más que un hombre en una habitación a oscuras.

    Muchas gracias por tu lectura, y un abrazo.

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  4. Tu lectura, Sunsi, es mucho más generosa que mi soneto. Tanto que me viene Lope a la memoria:

    “… cuántas veces el ángel me decía:
    alma, asómate agora a la ventana,
    verás con cuanto amor llamar porfía…”

    Una joya, por cierto, de las miles con que nos adornó la verdad y la poesía.

    Es cierto que las cosas de mi Prometeo son humanas. Egoístas, quizá. O todo lo contrario. ¡Quién sabe! Pero no espera la noche: ha echado la persiana y no quiere saber del día. Creo que es un poco fotófobo.

    Muchas gracias siempre por tu interés y atención a estas palabras.

    Un saludo.

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  5. Querido Antonio, el soneto amplia y aclara mucho de lo hablado ayer, y es una maravilla por sí solo.
    Yo he tenido un día duro y no he acabado de completar la respuesta que Prometeo y tú merecéis, estoy trabajando en ella con la ayuda del embozado, y espero enviarla pronto.
    Rafa

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  6. Me uno a Antonio y Sunsi.
    Casi me gusta más venir tarde porque así veo tu entrada y los comentarios.
    He pensado al oírte que Prometeo es una invención del hombre, como Frankenstein, mientras que cada hombre es un poco de barro sobre el que sopló la Gracia. Aun a oscuras, la referencia es la luz: su nostalgia, su espera, su temor… Y me han tocado especialmente, después de mis hogueras particulares, esas palabras que has recordado y yo había olvidado “La poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea... para que no nos olviden…”
    Me doy mucha penita, y no me importa;-)
    Un beso.

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  7. No te preocupes por el tiempo, Rafa: no tenemos noticia de Heracles. Esperaremos con paciente impaciencia.

    Un saludo.

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  8. ¿”Penita”, Olga...? ¿”Penita”…?

    Si la culpa es de León Felipe, hablaré con él luego (a ver a santo de qué tiene que decir esas cosas sobre la poesía). Pero si la tengo yo por esta monomanía circular de hablar siempre de la botella medio vacía, tendré que frivolizar recurriendo a Campoamor, que me saca de quicio: “… nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira.” Falta el principio, lo de “en este mundo traidor…”. No lo he puesto para disimular el ripio de “mundo traidor”.

    Voy a tener que pasarme unos tres millones de años en el Purgatorio por causa de esta cita. Y vas a tener la culpa tú, porque lo que yo intentaba era hacerte reír para borrar la “penita”... Aunque, para qué vamos a engañarnos: tengo poquísima gracia. O la misma de la avispas, que la tienen en… (esto es una ordinariez: ¡borrado!).

    Gracias, por venir, y un beso.

    P.S.: ¿Te has reído?

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  9. Antonio, me he reído, sobre todo por lo mal que tratas siempre al pobre Campoamor;-)
    Era una penita dulce y consciente de sí misma, no pasa nada por ver alguna cosa clara de vez en cuando. Y reconocer que hacemos señales luminosas para que nos quieran o no nos olviden o nos vean. Ojalá la poca luz que damos, quemando lo que es nuestro, se quede en algún lugar del recuerdo de otros, como una sonrisa.

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  10. En el fondo, luciérnagas. De una u otra forma, Olga, todos los seres humanos tenemos una inexplicada vocación de luciérnaga. A pesar de la noche. A pesar de las oscuridades. A pesar de todo.

    Lo ves: también soy capaz de pensar en lucecillas… De vez en cuando, sin pasarme, que uno es como es.

    Besos.

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  11. Enmienda, Antonio,para ajustarme a tu poema:
    Durante el día, con la persiana bajada ... y la ventana cerrada.
    Una alondra se cuela, se ha hecho una herida,para rozar el cristal. Apenas tiene espacio... su esfuerzo para rozar con el pico le lastima las alas. Insistente alondra de día... No es hora de subir persianas ... de abrir ventanas. No es hora. El frío del invierno entumece las plumas del ave triste que llama para se acogida.
    Cae el día. Al hombre que prefiere la luna roza con sus dedos la transparencia empañada de la habitación cerrada. Alondra de día. El frío noche la dejó dormida... dormida lentamente. Sus últimos latidos son de amor. Alondra fiel. Se fue el tiempo que estaba calculado, medido. Cuando la ráfaga del viento abre la ventana... un hombre acoge entre sus manos lo que queda del amor. Alondra...que no puede volar y se ofrece a esas manos que mañana.. quién sabe si será mañana... tal vez suba la persiana y deje entrar el calor del sol... la calidez de un amor agónico. No es tarde. Nunca es tarde.

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  12. Gracias de nuevo, Sunsi, pero no hay que ajustarse al poema. En realidad, la poesía no habla desde uno, se lee desde el otro; y a partir de este momento, a partir de quien la lee, el verso se enajena. García Márquez tiene un poema espléndido al respecto. Cada uno piensa, interpreta, traduce, algo que se aproxima al núcleo de su verdad. Pero éste no es de nadie, ni siquiera de quien creyó pensarlo. Esto es lo que pasa con la poesía, incluso con la de menos entidad como es mi caso.

    Nada tienes que enmendar, de verdad, nada.

    Un saludo, profesora.

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  13. (Proteo y Prometeo. No sé hasta qué punto es casual la paronomasia, pero aquí los dos se abrazan. Prometeico empeño, y siempre destinado a confusos resultados, es la sextina que el embozado se ha empeñado en que usáramos, al alimón, para responderte. Proteico es el diálogo que tu Prometeo ha suscitado, con tantas formas como voces aparecían. Y así en estas estrofas las hay para ti, para Antonio Serrano, para Sunsi, para Olga, y creo que también alguna para mí.)
    ....................

    Se jugaba el titán dador del fuego,
    entre querer y no poder, la vida.
    Cuando cobraba en sus trabajos fuerza
    desentrañaba el corazón del día;
    después, desfallecido ya y sin ganas,
    abría las entrañas de la noche.

    Pero más negra y gélida la noche
    se vuelve cuanto más se agita el fuego,
    y anidan en las vísceras las ganas
    de vivir por debajo de la vida
    y sacar, cuando ya se acerca el día,
    de la alcancía un poco más de fuerza.

    En toda nueva empresa es siempre fuerza
    zafarse del abrazo de la noche
    y, olvidados del pan de cada día,
    procurar las semillas donde el fuego
    se esconde, para darlas a la vida
    que se quiere vivir con tantas ganas.

    Persianas entreabiertas son las ganas
    de apartarse, si no asiste la fuerza
    capaz de mantener pura la vida.
    Mejor será rendirse ante la noche
    que combatir sin convicción el fuego
    y hacerlo luego víctima del día.

    Grabamos en la claridad del día
    mensajes de la oscuridad, con ganas
    de que una mariposa acuda al fuego
    para bailar: es toda nuestra fuerza,
    la lección aprendida de la noche,
    única convicción en nuestra vida.

    Detrás de la ventana está la vida
    que se vuelve a inventar día tras día
    en la imaginería de la noche.
    Si no querer desganas son o ganas
    de querer otra cosa, sobra fuerza
    para subir a devolver el fuego.

    Y así se apaga el fuego de la vida,
    si flaquea la fuerza por el día
    y nos ganan las ganas de la noche.

    Rafa

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  14. Dominas todas la estrofas, amigo Rafa. Yo nunca me atreví con la sextina; no sé si por superstición personal (39 es el triple de 13) o por incapacidad. Me inclino por lo segundo porque aquello no me lo creo mucho.

    Bromas aparte, muchas gracias. He puesto otra nota y he intentado establecer un vínculo con tu comentario. Pero no me ha funcionado. En cualquier caso, supongo que lo buscarán.

    Un abrazo y otro aplauso.

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  15. Después de treinta años Hércules le libró de tal suplicio.
    ¿ y a nosotos quien nos rescata?
    Hermosa tragedia de Esquilo.
    Aunque los buitres me aterran.

    Un beso liberado

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  16. Ay, Veridiana, la verdad es que nuestro Hércules y nuestro Prometeo son el mismo. A nosotros sólo podemos salvarnos nosotros, alzando la persiana por ejemplo; sobre todo cuando no hacemos sino aguardar el fuego en lugar de ir a robarlo, que es lo que hace un titán que se precie.

    Un beso prometeico.

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  17. Genial, Rafa.
    Como no sé muy bien cuál es la parte que me toca, me quedo especialmente con la quinta estrofa, que es la que más me gusta.
    Un beso para él, que a ti ya te mandan muchos;-)

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  18. Gracias, Olga. Desde luego que la quinta es la tuya.
    Rafa

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  19. Con lo que me gusta tener razón;-)
    (Casi tanto como la estrofa).

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  20. Estoy exhausta, he leido el antiguo blog casi en su totalidad, es muy interesante y no se puede dejar a medias, es un retrato increible, con ecos y resonancias de todo tipo: musicales (el alma de un payaso en el cuerpo de un demonio ),zoológicas (el canario/a que puso un huevo y se llama Rigoletto, también el mono insufrible), psicológicas(masoquismo pseudoliterario,embustero existencial), mitológicas,imaginarias, oníricas,literarias...
    Un salpicón de prosa-poesia-sueño -realidad, con alta dosis de belleza en todas i cada una de las entradas.

    Después de reponer fuerzas he iniciado el segundo blog: "La imaginaria del alma", con sus diálogos en los comentarios, de gran altura por ambas partes.
    Impresionante la definición de poesia como un sistema de señales para que alguien nos vea, para que no nos olviden...
    Que derroche de cultura, de imágenes, de metáforas, de sentimientos desbordados.
    Original la idea de un Prometeo venido a menos, que no osa robar el fuego, que se devora así mismo por su enorme insignificancia!.
    Un impacto importante el de hoy para mí.

    Lamento que mis blogs esten escritos en catalan, pero quizá es mejor así, pues el calado de mis escritos no se puede comparar en enjundia, con todo lo que acabo de leer.
    Gracias a todos por manifestar pensamientos tan estéticos i que no son solo "fabla prolixa".

    Mail i blog:
    movipra@wanadoo.es
    http://montseviver.blogspot.com

    ResponderEliminar
  21. La verdad es que no sé qué decir, Montse, ante tus generosas palabras y pormenorizada lectura, salvo que te agradezco muchísimo ambas. Lo cierto es que esto empezó como una "prueba", pasó a ser un desahogo, empezó a convertirse en catarsis y... sentí algo de pudor. Por eso dejó de "atardecer" y me pasé a las "imaginarias" con otra intención que, obligado es reconocerlo, a veces traiciono con los mismos "pecados" que cometía en aquellas tardes.

    De cuanto dices, estoy de acuerdo sobre todo en una cosa: la suerte que he tenido con los comentaristas que, como tú, me han regalado su proximidad y su brillante palabra.

    Muchas gracias una vez más y un saludo.

    P.S.: Aunque para mi desgracia no hablo catalán, creo que puedo defenderme en su lectura; y, por lo que acabo de ver, esa comparativa de "enjundias" de que hablas no hace honor a la verdad, sino a tu generosidad.

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  22. He hecho una excepción, pues no respondo para nada al estereotipo conocido de "curiosidad femenina", he buscado Coslada, para ver donde cae y he quedado sorprendida.
    Me imagino que ha de ser un sitio asaz insano, con contaminacion ambiental, lumínica y sonora como para enloquecer, a juzgar por la cercania de polígonos industriales, autopistas, y otras zarandajas por el estilo. Todo lo cual todavia añade más mérito a tus reflexiones y expansiones, pues la lírica se ha considerado que suele aparecer, tras la contemplación de lugares encantadores, bucólicos, que parece que brindan la ocasión propicia para esas expansiones... habrá que calificar eso también como una excepción que confirma la regla? o quizás esté equivocada y al contrario, es un acicate para superar "lo que hay".
    En cualquier caso, bendita sea la causa que motivó semejante derroche de poesia, de pensamientos y en el fondo de ilusiones,a mi modesto entender, todavia muy vivas.
    Un abrazo extensivo a todos tus interlocutores, supongo que habituales a juzgar por lo que dicen.

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  23. Desde luego, Montse, no es ninguna maravilla, aunque tampoco es de lo peor de la zona. Afortunadamente dispone de mucho arbolado y abundantes zonas verdes, y no presenta signos de especial contaminación, ni la acústica siquiera, a pesar de lo que pueda suponerse por su proximidad a Barajas. Es un sitio un poco megalómano, eso sí: tiene un “alto” que es “El cerro”, y un charquito (estanque, le viene enorme) que es “El Lago”, una vanidad local excesiva. Este “lago”, por cierto, está en el corazón de la “Rambla”, porque, fíjate qué cosas, también tenemos Rambla. Vamos, que, uniendo aquél y ésta, nos quedamos a medias entre Toronto y Barcelona… Megalomanía pura, ya digo.

    Lo que pasa es que yo soy un “gato” integral que nació en Chamberí y vivió en “La Prospe” (dos barrios muy populares de Madrid) hasta los cuarenta y dos años. Y aquí, claro está, siento un no sé que de “abandono”. Por eso, contagiado quizá de tanta hipérbole geográfica, me veo un poco como Ovidio en Tomis (total, ¿por qué no voy a pensar como Ponto Euxino lo que aquí llaman “Lago” y no llega a estanque?).

    Gracias otra vez, también en nombre de los contertulios, que, para mi fortuna, se han hecho ciertamente habituales en este inespacial lugar: a fin de cuentas, como escribí ya en alguna entrada (13 de marzo de 2008), “el lugar es un atributo del alma”. En él nos vemos, de ella hablamos.

    Un cordial saludo.

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