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La entropía en el alma


Ya sabemos que la entropía aumenta de modo irreversible en los sistemas ordenados, que pasa con todo lo que con mi mesa, esa especie de papelería anarquista de la que a veces hablo porque me recuerda al mundo, a los esfuerzos por introducir orden en el mundo pese a la contumaz eficacia del desorden a que está físicamente condenado. El problema mayor, sin embargo, no está fuera, sino dentro, en ese pozo de soledades que se abre en el alma cuando uno empieza los soliloquios de la melancolía, cuando uno descubre que aquélla está manga por hombro, patas arriba, como un edificio apuntalado para su derribo inminente.

No he encontrado nada acerca de la aplicación de ese principio al alma. Ya sé que mezclo lo indebido, que trastoco lo físico con lo metafísico, lo material compuesto y lo simple espiritual. Pero es que, últimamente, lo mezclo todo. Por eso hablo de cosas tan dispares. Nada de sabiduría polimórfica, sólo caos termodinámico; nada de cabal argumentación, sólo esgrima de sofismas enredados; nada de metáforas esplendentes, sólo palpitaciones severas de sentimientos inviables. Miro hacia el interior y me dan calambres en la mirada.

Tengo que ordenar la mesa, pero sobre todo tengo que ordenar el alma. Y dejar de colocar las palabras que oigo en el corazón que no les corresponde. Aunque, quizá, lo que debiera hacer es firmar la última paz con la entropía, romper la espada y entregar las tropas, proclamar el triunfo del silencio. La rendición, en ocasiones, no es más que inteligencia necesaria.

Comentarios

  1. Ay, Antonio, qué identificada me siento con todo eso de la entropía y la mezcla de cosas dispares, creo que se parece al desbarajuste sobre el que yo intento ir danzando, intentando oír algo que marque el ritmo, un ritmo más o menos claro por encima o por debajo de los ruidos, como buscarle el pulso a un enfermo, algo así. Qué otra cosa se puede hacer si, total, uno nunca se rinde del todo, junto al desorden pervive una extraña melancolía del orden, una querencia más terca. Qué cansancio.
    Sobre ordenar mesas sí tengo ideas claras: no se pueden ordenar, es mentira. Se puede tirar todo a la basura (si empiezas a hacer excepciones estás perdido).
    Un saludo.

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  2. Gracias, Betty B., por tu visita. Desgraciadamente, la entropía es una reina indiscutible que entra a saco en todo lo que uno intenta disputarla. Por lo general, nada hay que hacer, ni con las mesas ni con cualquier cosa, salvo asumir que el orden no es más que un cuadro de colores vivos que se irán difuminando, lentamente, hasta una palidez irreconocible.
    Un saludo.

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  3. Creo que el principio de entropía y la entalpía fueron los conceptos que más claros me quedaron en tus clases, jejeje. Seré justo: gracias a ti Platón ha sido digerible en la carrera, y hasta le he cogido cariño. Un abrazo y rece usted por que no me caiga Solón.

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  4. ...Y sin embargo, no soy físico; claro que tampoco filósofo: soy una "macedonia" de frutas algo "pasadas". Y descuida, amigo Diego, que esta noche "anatematizaré" a Solón.

    Un abrazo y ¡suerte!, mejor ¡mucha mierda!

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  5. Me temo que sí: la rendición es en este caso la única posibilidad. El desorden es el más tozudo de los esquemas.

    Un abrazo.

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  6. De hecho, la vida es eso: asistir al aumento del desorden en el propio organismo. Así que, nada; ¡a inclinar las banderas!

    Gracias por tu visita.

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  7. Hola. La entropía es una medida física del desorden de un sistema. Todo en el universo físico tiene entropía osea dicho màs simple toda la materia decae con el tiempo. Usted compra una casa nueva, linda y con el tiempo comienza a dañarse todo, hay que pintar y reparar, etc. Lo mismo.con un carro y lo mismo con nuestro cuerpo. Es lo que hace a la materia finita. Aplicar dicha entropía al alma es algo muy atrevido y en aparente contradicción ya que es una variable física y el alma no lo es. Si el universo es materia el alma sería antimateria. La primera vez que escuché sobre la entropía del alma fue con los Brama kumaris son los unicos (pienso yo) que han unido exitosamente ambos términos. Explican ellos que el alma pese a ser eterna tiene entropía osea que la pureza del alma decae con el tiempo (5.000 años) en ese período el alma renace un numero finito de veces (menos de 100) y con cada nacimiento su.pureza disminuye. Explicando así lo que en toda cultura aparece que «todo tiempo pasado fue mejor», y como la mayorias de.creencias afirma que.hubo.una vez una paraiso terrenal.donde.todo.era perfecto. Decayendo el alma con el tiempo la humanidad se hace menos virtuosa y mas conflictiva.terminando.en un conflicto mundial que termine con la.humanidad para repetir el.ciclo eternamente cada 5.000 años. Atte. Ing. Aldo Garcia Guayaquil - Ecuador.

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  8. Muchas gracias por su comentario, estimado amigo.
    La verdad es que esta viejísima entrada tenía una intención puramente metafórica; algo parecido a la formulación de un íntimo deseo: ordenar o reconfigurar el alma que a veces la vida deja tan maltrecha como la "pobre barquilla" de la conocida endecha de Lope.

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