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Génesis

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… la luz con el tiempo dentro.
Juan Ramón Jiménez



Estuvo allí la nada antes de nada,
antes de ser tribulación del verbo,
antes de andar la oscuridad la luz,
la sombra el contraluz, el mar el cielo.
Estuvo rodeada de sí misma
hablando de no hablar con el silencio,
en un punto –ni siquiera era un punto–,
en un sueño –ni siquiera en un sueño–,
en el ciego algoritmo del vacío
y la extraña razón de lo inextenso;
sin ayer y sin hoy; sin duración,
sin nunca; sin ser que supiera serlo…

¿Qué hermosa fantasía no posible
pudo querer que despertara el sueño?

Acarició a la nada la palabra.

Y se creyó la eternidad el tiempo.


(27 febrero 2009)
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Comentarios

  1. "¿Qué hermosa fantasía no posible
    pudo querer que despertara el sueño?"
    Pues muy sencillo, déjame que te lo explique con palabras más ilustres que las mías:
    "La porción de tierra se hizo tierra, al igual que el ascua breve de los otros elementos. Y la tierra se desmembró en silicatos, y los silicatos en calcio, en magnesio, en silicio... Después ocurrieron cosas raras porque fueron extraviándose los electrones de sus antónimos. Entonces el silencio se hizo hidrógeno, y el hidrógeno partícula solitaria, y la partícula solitaria quark…
    Y el quark se transformó en palabra."

    Un beso, Antonio.

    P.S.:Espero soñar por fin con zumo de naranjas:-)

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  2. No sé cómo lo haces. Lo he reconocido, sí, pero no sabía dónde o cuándo. He tenido que buscar. Y el 29 de febrero (ese día tan casi inexistente) del año pasado, me he encontrado “La pulpa seca del silencio”. Encima me has llenado de preguntas: ¿qué tienen los finales de este mes que me devuelve a los orígenes? ¿Seré un animal de retorno eterno? ¿Será la primavera cercana, su telúrico presagio, que se me hace inconsciente memoria y me obliga a volver a los principios?

    Menos mal que has hablado de “zumo de naranjas”: el zumo me ha dado la pista para encontrar la “pulpa seca”… y las preguntas. Si eso quieres soñar, sea tu sueño. Pero ¡ojito con los “leones”!

    En cualquier caso, muchísimas gracias, Olga, por tu palabra siempre, y por esa generosa lealtad lectora que me regalas.

    Un beso.

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  3. Tema apasionante el que expones en clave poética de forma tan bella (valga en este caso la redundancia) para el que los científicos nos ofrecen sus elaboradas teorías sobre el cómo y el cuándo, pero ignoran todo sobre el por qué y el para qué, preguntas a cuyo ineludible planteamiento está ligada nuestra condición de entes físicos conscientes (a diferencia, por ejemplo, de nuestros amigos robots humanoides R2-D2 y C-3PO, a quienes no considero capaces de teorizar sobre estas cuestiones, e incluso de los replicantes de Blade Runner, pese al esfuerzo de alguno de ellos por convencernos de su “humanidad”).

    Un fuerte abrazo.

    P.D. Si en algún momento nos volviésemos a encontrar y me dijeses "como te comentaba ayer ..." no me causaría extrañeza; tan presente es tu recuerdo en mi memoria.

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  4. … ¡Y tan presente el vuestro en la mía! Muchas gracias, Juan Pablo.

    Convocatoria extraña ésta del pensamiento: hace un par de horas, hablaba por teléfono con mi hermana y, recordando, recordando, te has cruzado tú entre los recuerdos. Imagina la sorpresa y la alegría que he sentido al verte ahora parecer por aquí.

    Yo creo que nos falta decisión –o vocación- de especie, ganas de abandonar las “regularidades” del mundo. Nos hemos aburguesado en los laboratorios, donde todo funciona como es de rigor. Es más cómodo y da menos vértigo. Pero el hombre es otra cosa: tiene un gen de grandeza que no se va a encontrar nunca en las probetas o bajo los microscopios. Su fenotipo es la esperanza y sólo se descubre en la gente de bien. Como tú, por ejemplo.

    Un fuerte abrazo.

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  5. Génesis: origen, fuente, principio.Conjunto de causas que conducen a un resultado.
    Y mira, que poema de José Hierro, más heavy me viene al pensamiento.
    Qué más da que la nada fuera nada
    si más nada será,después de todo,
    después de tanto, todo para nada.

    ( Voy a "emborracharme" con Moisés)

    Un beso nuevo

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  6. Un gran soneto de intensa desolación, éste que recuerdas de Pepe Hierro... Pero dejemos que la nada eterna se crea tiempo en la palabra.

    En cuanto a la bíblica ebriedad, te aconsejaría Noé, que se pasó un pelín después del divino chubasco.

    Encantado con tu visita, Veridiana.

    Besos agradecidos.

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  7. Sólo la poesía puede atrapar conceptos que los hombres no podemos entender. Los hombre, tan limitados, que sólo sabemos razonar en las coordenadas del espacio y el tiempo. Los hombres que no podemos abarcar el siempre, para siempre, la eternidad, lo que nunca caduca y la inexistencia, la ausencia absoluta y desnuda.

    Tú, poeta, tienes en tus manos la heramienta para lo que no existe explicación racional: la Palabra. La Palabra como un pincel que puede dibujar el infinito que jamás podemos acariciar. Tú puedes crear todo de la nada y plantarte frente al que dijo "de la nada nada sale". Con la Palabra recreas lo que no podría crearse.

    La Palabra, que despierta el sueño de lo imposible. Es el beso de la Palabra que lo devuelve a la vida, al tiempo inexorable. Y a mí que me gustaría perpetuar el sueño...
    Gracias, profesor.

    Ahora el Pensador saborea tu poema.

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  8. Magnífico, Antonio.
    En mi pobre imaginario, tengo sólo dos opciones para ese momento inicial.
    Una es completa oscuridad donde de pronto un punto de luz (digamos un fósforo, sin chasquido) va extendiéndose hasta bañarlo todo (¿qué?) en una luz blanca verdosa. Creo que me la impuso el comienzo de una película de Angelopoulos (tal vez “Paisaje en la niebla”), y no deja de hacérseme fría y extraña a través de los versos de A. García Calvo (luz que medra en la noche, más espesa/ hace la sombra, y más durable acaso).
    La otra, que sin reservas prefiero, es un espléndido y reposado alumbramiento, con ese sosiego acariciante que aparece en la tuya.
    Pasando del plano imaginativo al reflexivo (si es que puede haber tal divisoria), el poder genesíaco de la palabra (λόγος, palabra y razón), presente en tantas cosmogonías, se me apareció hace tiempo (no quiero contar cuánto), en una letrilla sobre la poesía como, según la quería Machado, palabra en el tiempo; medida, modulada:

    Dijo dios: hágase el canto.
    pero al decirlo cantó,
    porque sin música no
    puede la palabra tanto.

    (O dijo el canto: haya Dios)

    Perdóneseme el último asonante, dictado no sé si por socrático cuestionar, barroco retorcimiento o ácrata descreencia.

    R.H.

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  9. Sunsi, titubeé entre palabra y Palabra, dudé si poner verbo o Verbo. Los segundos me parecieron excesivos: a fin de cuentas lo que digo es inquietud de un hombre, no del hombre, esa criatura elegida para nombrar las cosas. Mi corazón religioso es un desastre con una sola certidumbre: fuera de su religiosidad, el mundo es de una simpleza insultante.

    Muchas gracias por tus palabras, que también son excesivas.

    Un saludo.

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  10. Amigo Rafa, mi problema precisamente es ése: la “ácrata descreencia”, que, de puro ser “ácrata”, acaba por negar la fe en su “descreencia”, lo que, según la ley lógica sobre la negación de la negación, corona el curso de la racionalidad en su contrario, es decir, en la creencia. Son daños colaterales de la palabra o la razón –¡el “logos”!– cuando aspira a ser más que razón o palabra simplemente. ¡Que le den a la nada y a su eterno desconcierto!: desde que la acarició la palabra (o “logos”, o razón) se convirtió en tiempo, historia y sentido. Estoy seguro de que Parménides y Platón, lógicamente, estarían de acuerdo (y Don Agustín y Don Juan de Yepes y, un poco desnortado, también Don Tomás de Aquino).

    Gracias por tu acertada lectura, y tu valoración tan generosa.

    Un abrazo.

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  11. De lo más hermoso que te he leído, Antonio. Y vaya comentario el de Olga. Un abrazo.

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  12. Es que Olga es así, y me conoce (aunque no “nos” conozcamos en el mundo que queda del otro lado del monitor) bastante bien, por eso es capaz de sacar todo el jugo de esa “pulpa seca del silencio”. Aunque ésta se centrara en el hombre y en un singular eterno retorno, lo cierto es que el asunto era paralelo. Su inteligencia y su lectura agradecida obran el vínculo.

    Muchas gracias, Antonio, por tus palabras

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  13. Un par de días de descanso (perdido por Úbeda y Baeza, visitando el aula del maestro Machado) y me encuentro este génesis en forma de romance heroico (qué me gustan, amigo). Sumo mi aplauso al de todos los demás. Antonio Serrano lo ha dicho de forma clara y concisa. No redundemos, pues.

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  14. Buenos rincones para descansar Úbeda y Baeza, sobre todo si el alma lleva a Machado entre sus cosas. Mucha tristeza hubo de cruzar aquellas aulas; tal vez en alguna de ellas terminara Don Antonio su carta “A José María del Palacio con esos versos que siempre me han emocionado:

    Con los primeros lirios
    y las primeras rosas de las huertas,
    en una tarde azul sube al Espino,
    al alto Espino donde está su tierra…

    Como siempre, Juan Antonio, gracias.

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  15. Vaya, llego tarde a comentar y a sumarme a los aplausos. Me sumo también a lo que dice Olga, que ha estado muy fina (por no hacer mudanza en su costumbre). ¿Qué puede añadir uno, humildemente? En principio, que me resulta muy feliz encontrarme algoritmos en un poema. Así que no puedo hacer otra cosa que dejarte el enlace de un gran creador de algoritmos, Donald Ervin Knuth, uno de los padres de la computación y la programación moderna, profesor emérito de Stanford, hombre que sabe tanto de ordenadores que se niega a tener correo electrónico, y sólo quiere interpretar música de órgano. Es el padre de mi programa tipográfico favorito, TeX, y un informático del siglo XVII :-)
    Bueno, el enlace, aquí
    Un abrazo.

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  16. Perdona el retraso, pero estamos hasta el cuello con esos raros “algoritmos” que quieren resolver el diseño de los itinerarios de 2º de Bachillerato LOE, que arranca el próximo curso.
    Me alegra que te haga feliz encontrar algoritmos en un poema, sobre todo por la profunda contradicción que encierra el resultado de sus operaciones y la ordenación de las mismas en casos como éste. Pero, claro, hablando de la nada, no se puede aspirar a mucho más porque, incluso siendo algo, vacío, por ejemplo, continúa, ciega, sin logos ni sentido.
    Conocía el TeX de Knuth porque hace siete u ocho años me dio el “venazo” de Linux y empecé con la SuSe, que, si no me falla la memoria, se acompañaba de LaTex, procesador o compositor de textos que no utilicé nunca porque mis preocupaciones eran de “supervivencia”: configurar la impresora, configurar el módem (¡entonces!) y compartirlo en la red de casa, manejarme con la consola y los comandos, etc. En fin, que para escribir me resultaba más cómodo lo fácil (no me acuerdo como se llamaba lo “fácil” que traía aquella vieja SuSE; pero fue el predecesor del actual OpenOffice, que luego se hizo de pago).
    En cualquier caso, los algoritmos de Knuth juegan con ventaja porque ya tienen el logos hecho: solo hay que ordenarlo y operar. Claro, que también disponen de su dosis de vacío, que es concebir el problema. Como la nada, cuyo problema es el ser (¿o es al revés?).
    Gracias por tu visita y un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Bueno Antonio, han pasado unos dias (escribo fuera de casa, en un ordenador sin acentos) pero no queria dejar de contestar a tu comentario, aunque supongo (y espero) que habra mas ocasiones de seguir dando vueltas a estas cuestiones, tan graves, como la de la negacion. Queria primero apuntar que no estoy muy seguro de que la negacion de la negacion sea la afirmacion de su contrario, ni tampoco si lo estarian los testigos convocados... al menos seguro que no don Agustin (Garcia Calvo). Sin embargo, si que la mera negacion es a veces afirmacion que nos lleva a la fe mas ciega. Dos pequenas notas sobre lo uno y lo otro, por si tienes tiempo que dedicarles:
    -del mencionado A.G.Calvo, su resena al libro de Horn, A Natural History of Negation, recogida en bajo el titutlo "Decir que no" en su libro Contra la Realidad (2002).
    -la entrada "Desencuentros" de 10 de febrero en el blog "Campos de fresa" (todoal59.blogspot.com)

    Un abrazo
    Rafa

    ResponderEliminar
  18. Intento contestar, Rafa, en la siguiente entrada, la del "paraguas".

    Gracias por tu estimulante diálogo.

    Un abrazo.

    P.S. Bueno, como sabes, mi "Don Agustín" era el de Hipona, no el de Zamora.

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