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Ayer llovió, y el jardincillo que tengo delante de casa se puso a oler como sólo sabe hacerlo cuando llueve mayo.
No tenía ganas de escribir, sino de recordar. Y entre esos tejemanejes de la memoria, me vino con el olfato este soneto de hace más o menos un año; de allá por este mes, cuando 2008. Alguno lo recordaréis.
Cuelgo aquí su lectura como agradecimiento a la entrañable y espléndida parcela de amigos que tanto –y tan generosamente– me habéis acompañado.
Por si llueve mayo…
Por si podéis oler después en un jardín su amable invento...
No tenía ganas de escribir, sino de recordar. Y entre esos tejemanejes de la memoria, me vino con el olfato este soneto de hace más o menos un año; de allá por este mes, cuando 2008. Alguno lo recordaréis.
Cuelgo aquí su lectura como agradecimiento a la entrañable y espléndida parcela de amigos que tanto –y tan generosamente– me habéis acompañado.
Por si llueve mayo…
Por si podéis oler después en un jardín su amable invento...
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Ay, este es el que yo recordaba el otro día:-)
ResponderEliminarUn beso.
Yo no te lo conocía.Me suena romántico y fresco a la vez, como la mismísima lluvia de un mes de mayo cualquiera.
ResponderEliminarEfectivamente, Olga, éste era. A ver si esta lluvia te sirve de alivio.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta el sonido de esa frescura que dices, Manly. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué alegría... un poema, Antonio.
ResponderEliminarEn mayo llueve a ratos. En Tarraco muy poco. Y el sol pega demasiado fuerte ya. Esta voz recitando, como si esa lluvia llorara ahora, me lo ha recordado.
Me gusta ver llover. Y también abro la ventana y me asomo. La tierra tiene sed. Se nota porque absorbe rápidamente. Como si fuera una ilusión, me parece que después la vegetación mira agradecida al cielo. En mi jardín no hay rosas, ni reales ni inventadas. Hay aroma de jazmín, un aroma inconfundible, que revive al anochecer sin haber anochecido del todo.
Gracias por volver. Un saludo afectuoso.
Ni amable invento, ni rosa,
ResponderEliminarnos hace olvidar tu acento,
y al oir tu voz preciosa
más y más nos duele dentro.
En tu triste despedida
suena una voz y un lamento,
tu voz siempre tan querida
es "quejío" y es tormento.
El lenitivo fugaz
de una lluvia en primavera
no es consuelo,ni es veraz,
que nos alivie la espera.
Deseo que cuando vuelvas,
celebremos un San Juan
con las alegres verbenas
la coca y un buen champan.
Invitaremos a todos
a este espacio virtual,
brindaremos por nosotros
recordando al "inactual"
En realidad no es una vuelta, Sunsi, sino una mirada desde la ventanilla para corregir ese adiós tan desabrido del caballero. Definitivamente he llegado a la conclusión de que el mundo de los “blogs” tampoco es para mí. Durante algo más de dos años he podido conocer a gente extraordinaria, como tú, como ese “vosotros” que desde el otro lado del monitor me decíais cosas tan excesivamente halagadoras. Pero también he conocido –y sufrido– un mal hacer de fondo que cruzaba por aquí con una desazón inexplicable. A mí ya me aburren las pendencias. Lo dicho, lo probablemente mal dicho, queda ahí. Era una “prueba”, según escribí aquel 20 de febrero de 2007 en que una compañera, Lola, la siempre bondadosa Lola, me explicó qué cosa era ésta de los “blogs”. Y uno, que fantasea en exceso, se dedicó a lanzar botellas con notitas en su interior a este mar de naufragios. Ni pretensión intelectual, ni aspiración literaria, ni intención culturalista, ni vocación catequética, moralista o aleccionadora… Ni nada de nada: sólo “botellas con notitas” desde la isla en que, todavía, sobrevive uno.
ResponderEliminarLlueva o no en Tarraco, Sunsi, la lluvia siempre es purificadora y tiene la virtud de despertar olores en la memoria, olores que aún son en nosotros porque los quisimos, porque merecieron la pena, porque nos hicieron felices… Eso es lo que os deseaba –y deseo– a todos: la felicidad y su almacenamiento en el alma.
Muchísimas gracias, y un saludo de corazón.
Si hay algo a lo que no sé negarme, Montse, es a un brindis; aunque yo sólo lo haga con bourbon, cerveza o “vino del lugar”. También soy anómalo en esto: el champán y yo somos incompatibles. Brindaré pues, si no te importa, con alguna de esas tres vulgaridades que te cuento. Brindaré por “vosotros” y por ti; por tu paciente generosidad, que ha querido ver en estos rincones mucho más de lo que en ellos realmente había. Aunque la verdad es que cada uno ve en los otros lo que en el fondo es la perspectiva de su personal paisaje.
ResponderEliminarUn agradecidísimo saludo.
Yo he llegado muy tarde a la fiesta y no sé de pendencias ni de mal hacer de fondo. Lamento que la "prueba" haya dado resultado negativo para tí. Creo, y lo he podido comprobar algunas veces, que cuando hay calidad, siempre se generan envidias y es la prueba del 9 de que es así, el hecho de que se generen "movimientos" de fondo.
ResponderEliminarGracias por tu amabilidad y por decir tantas cosas bien dichas.
Has visto el "verso libre" que hice como en plan de prueba en el blog de Juan Antonio?
Nos vemos en la verbena en este blog, espero que no se esfume entretanto...
Un abrazo.
¿Has visto? Es que no pillo nada...No, no había pillado que era una forma dulce, suave, de decir adiós.
ResponderEliminarAlguien -Driver- me dijo un día que yo tenía mucha suerte. Llevo más de tres años con el blog pensar de oficio, aunque cambié de wordpress a Blogger y el primero no sé por qué gaitas no se abre. "Tienes suerte", me dijo. "No ha entrado nadie con mala fe y tampoco has tenido que habilitar moderación de comentarios".
Luego lo he ido entendiendo. Lo he comprendido, desgraciadamente, a través de la experiencia de Olga y otras más. ¿Desde cuándo la buena fe es un denominador común de los humanos? Aunque no quieras creerlo resulta que es así. Y se sufre.
Seguiré lanzando "botellas con notitas en su interior a este mar de naufragios". Pero entiendo perfectamente a los que ya estáis agotados de hacerlo. Agotados o decepcionados o hartos o lo que sea. Alguna notita irá dedicada al caballero inactual y al que le dio vida.
Y toco madera. Tal vez algún día me suceda lo mismo y deba cerrar el chiringuito.
Una última cosilla. "La imaginaria del alma" es un lugar donde he aprendido, me he sentido acogida por su dueño y me ha regalado muchos instantes felices. Muchas gracias, Antonio. Muchísimas gracias.
Cuando se produce esa sensación olfativa tan acusada ,estamos en un estado de nostalgia ...Lo que motiva que algo bueno va a suceder.
ResponderEliminar¡ Qué suerte tiene Sunsi con ese olor a jazmín que tanto me encanta!
Un beso aromático.
¿Envidias…? No, Montse, no se trata de eso. ¿Qué podría envidiarse aquí? Intencionalidades torticeras, todo lo más; pero que aburren, cansan, incomodan… Algo así como salir de casa con la desocupada intención de pasear y descubrir a un encapuchado que te persigue diciendo: lo que tú quieres es llegar… a tal o cual sitio. Al final, uno se harta del paseo porque, parafraseando el decir popular, para ese viaje no quiere ninguna alforja. Pero el encapuchado no me envidia. Y si lo hace, es tonto del bote: no merece la pena.
ResponderEliminarPor lo demás, me parece perfecta la elección: el blog de Juan Antonio es un lugar de amable lucidez del que siempre se sale con bonos de verdad y de belleza.
Gracias siempre.
Gracias, Sunsi. Me quedo, envanecido y orgulloso, con el último párrafo. La verdad es que no creo que hayas “aprendido” mucho de esta imaginaria, pero… la vanidad me pierde. ¡Qué le vamos a hacer! Digo esto para que algún “plasta” acumule argumentos en favor de sus hipótesis. Qué no me importan tanto, Sunsi, que únicamente me aburren, que sé de casos más injustos y crueles…
ResponderEliminarAsí que, para mí –aunque no me lo crea– el último párrafo.
Muchas gracias y un cordial saludo
Sin duda, Veridiana, las “sensaciones olfativas” acusadas apuntan a la nostalgia. Y la nostalgia, al deseo. Pero el deseo y la realidad, predecible o no, tienen poco que ver. Por lo común, y con Cernuda. Pero gracias.
ResponderEliminarUn beso interestelar.
Llego tarde, ando estos días hasta el cuello de trabajo y otros agobios personales y no puedo visitar a los amigos con la puntualidad que se merecen.
ResponderEliminarSobre lo que comentas, Antonio, yo también he tenido anónimos. O anónimos no tan anónimos, porque a alguno lo tengo más o menos "fichado", tristemente, pero eso ya son otras historias. Creo que internet es una inmensa Babilonia, llena de murmullos, callejuelas poco recomendables, sombras dudosas y algún que otro torpe en general. Una versión virtual de la vida misma, vaya. Pero también se hacen amigos, y si hay algo por lo que pegarse con alguien es por los amigos, valiosos, un bien escaso, como tú y como Olga. Eso es lo bueno que tiene el juguete este de los blogs, que durarán mientras San Google quiera. Así que espero que siga por mucho tiempo esta imaginaria, para tomarnos unas cervezas, unos bourbon o lo que sea y brindar por la memoria de Don Gerardo, del gran Lope, del Conde de Villamediana y hasta por los tercios de Flandes, ea.
Tu voz recitando, una delicia, como siempre. Y espero decirlo más veces por aquí.
Un abrazo.
Como he dicho, Juan Manuel, para brindar con un amigo siempre estoy dispuesto. Con bourbon o lo que sea (menos champán, que me da dolor de cabeza) y por lo que sea. Me gusta lo de los tercios; o don Lope o don Gerardo; o don Juan, de Tassis naturalmente. Así que me apunto; a cualquier cosa menos a seguir de imaginaria. Me duelen los ojos; los anónimos, casi nada; además –visto lo visto en Olga–, en mi caso son una fruslería. En cualquier caso, tienes razón: esto también está lleno de callejones y oscuridades; de estocadas mercenarias que no soportan “amores reales”. ¡Bien supo nuestro Conde cómo se pagan tales proclamas!
ResponderEliminarMuchas gracias siempre y un fuerte abrazo.
Os diría como escribía una Dama enamorada a Voltaire: " Por favor, no os quejéis de los usos ni aun de los abusos de los espectadores.Os aseguro que pueden presentarse dramas en condiciones bastantes más indeseables. ¿ Os he dicho ya que en esta España es tierra de cultivo de indóciles banderías, carente de próposito constructivo alguno?. "
ResponderEliminarY yo añado: Por favor, que vuestro hastío, no prive a vuestros amigos de vuestro estilo que os son favoravles,de filosofía inteligencia y admiración que sentimos hacia vos.
Un beso que merezca la pena.
Ay, mi Señora Doña Veridiana, bien sé para mí que hay engorros de mayor enjundia entre los levantiscos cortesanos destas cortes, y no quisiera yo que vos pensarais que ando más quejicoso de mis cuitas que de ellos ignorante. Más causa hay en mi caso del “punto de locura”, que de arteras y vanas heridas en el ánimo. Las moscas me molestan, pero no ha poder tan grande en ellas que acierte a echarme. Échome yo de mí porque esta empresa nació sin intención de hazaña y hállase ya más que cumplida...
ResponderEliminarLo que, dicho en las palabras con que hoy se diría, significa que, de verdad –te lo juro–, aunque parezca una cursilada o una idiotez, o una ñoñería disfrazada de literatura, yo sólo quería hablar con una sombra “al atardecer”. Y me quedé de “imaginaria” por si de noche había respuesta. Acabada la noche –larguísima, por cierto–, las sombras se dedicaron a interpretar su origen sobre el mundo. Largas primero, breves más tarde, indiferentes siempre... Lo normal, claro está. Eso fue todo.
Muchísimas gracias y un beso: siempre merece la pena.
Tu "lluvia de mayo" ha obrado el milagro en el que tu llamas mar de náufragos, mandando notitas dentro de botellas.
ResponderEliminarNinguna notita se ha perdido, todas han sido recogidas amorosamente y han dado su fruto cayendo en buena tierra, y con esa agua de mayo han formado un jardincillo espontàneo, que es tuyo...
¿Sabes lo que más me ha impresionado de Juan Antonio?, pues los blogs que tiene dedicados s los alumnos. Qué buen rollo se intuye en la relación profe-alumno, y que bien redactan algunos... Afortunados en Coria del Rio, desmienten con creces las estadísticas del informe Pisa!
No veo más de lo que hay, como dices, soy objetiva y creo que veo lo que hay tal como es, y me alegra muchísimo constatarlo.
De tanta sombra y tanta noche oscura
ResponderEliminarte ha surgido esta melancolia
que hace la imaginaria tan dura,
pero, ¿porque no buscar una salida?
Propongo un nuevo nombre a tu blog:
"Aurora del alma renacida",
seria un volver con nuevo ardor
después de una noche ya vencida.
¿Por qué dejarnos huérfanos de pronto
de tu discurso tan excepcional,
de tus poemas con sentir tan hondo?
Anda Antonio, que sólo son dos dias
la vida, y las cuitas que conlleva
carecen de importancia, naderias!
Lo principal es que estés bien.
ResponderEliminarUn placer haberte " conocido".
¡Vaya, Montse, de nuevo tentando a los sonetos!
ResponderEliminarPero eso de “discurso tan excepcional…” ¿No es un poco exagerado? Vamos, mujer, dejémoslo en “correcto”: es algo más adecuado.
Un saludo afectuoso.
Un placer mutuo, Veridiana.
ResponderEliminarGracias otra vez.
EXCEPCIONAL, para mí en este caso, quiere decir que que tu discurso es especial, en el sentido que no es corriente, que es distinto, que se aparta de lo ordinario, que ocurre rara vez, que forma excepción de la regla común.
ResponderEliminarAdemás, si no fuera excepcional, no me habría llamado la atención hasta tal punto, de leerme todas las entradas y sus comentarios.
CORRECTO, sólo manifiestaría que tu discurso está libre de errores o defectos.
Pues claro que está bien escrito,no faltaria más, pero es el contenido el que más me interesa y el que valoro como EXTRAORDINARIO, si te gusta más esta palabra que excepcional.
No sé si me explico claramente.
Pienso que el tiempo me dará la razón, pues estos textos, quizá algo limadas algunas asperezas, son a mi modesto entender de gran profundidad, y tienen un pálpito de vida que los hace especialmente actualizables desde cualquier circunstancia, temporal o personal de quien los lea.
Antonio, aún que no compartas más por aquí con los blogers de a pié tu pensamiento, sigue escribiendo por favor... vale la pena.
Mucho dices, Montse, y aunque disienta, lo único que puedo es agradecer tu cariñosa acogida.
ResponderEliminarPor lo demás, con los años es muy difícil cambiar las costumbres; siempre seguiré escribiendo… ¡con "valor" o sin "valor" de "pena" que se tercie!
He venido por costumbre, una costumbre de verdad.
ResponderEliminarNo se podrá brindar ya ni nada, aunque digas que sí.
Estoy hasta el cuello, Olga: se me han juntado un montón de cosas "académicas". Anque te sigo leyendo, no creas.
ResponderEliminarPasaba por aquí... He pensado ... deja algo para Antonio. Supongo que hasta arriba de trabajo, exámenes ... fin de curso. Ánimo. Queda poco ya. Un saludo
ResponderEliminarAntonio, mayo se va acabando y tras la marcha de tu caballero inactual y después la tuya, se nos está haciendo un mes complicado. Junio está a la vuelta de la esquina. Que sea también tu vuelta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Sunsi, por aún pasar “por aquí”. Es verdad que llevo un mes de lo más enredado, pero sin duda pronto se aliviará.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo dicho, Octavio, muchas gracias por tu amable visita, aunque no estoy muy seguro de las intenciones de junio. Espero, eso sí, no tener tan abandonados vuestros entrañables espacios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mayo lluvioso se acaba
ResponderEliminarviene junio lisonjero
con la pausa y el sosiego
del calor que le acompaña.
Medicina es el descanso,
y salud el bien comer,
el silencio debe ser
la cura en este remanso.
La dulce paz de los dias
que transcurren lentamente,
alimentan nuestra mente
y se recargan "las pilas"
Antonio,se te echa en falta
pronto espero que veremos
tus textos, y escucharemos
tu voz: la expresión del alma.
No ha sido muy “lluvioso” mayo, Montse –al menos, por aquí–; y lo que junio se guarde… ¡sabe Dios qué cosa sea! En cualquier caso, yo te agradezco el poema y tu siempre encomiable amabilidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Pasó sin lluvia mayo, y en mi esquina
ResponderEliminarel polvo dibujó su laberinto.
Diana viene ya con su sucinto
vestido resecando la verdina.
Aguardo a que rezume miel la encina
y el agua corra con rumor distinto,
mientras con tinta de mi sangre pinto
las líneas de la edad que se avecina.
Si no nos trajo mayo su promesa,
si nos hurtó las lágrimas y el trigo
y el desencuentro nos cerró la puerta,
vendrá con el verano que regresa
la voz y la palabra del amigo
a entrar por la que siempre queda abierta.
Anda Deméter ya, más hoz que azada,
ResponderEliminarinventando cosechas hacendosa;
y Perséfone, en vientos de una rosa,
distrayendo del Hades la mirada.
Pasan los hombres, polvo, voz y nada;
pasa mayo, y el sol la tierra glosa
en renglones dorados a una diosa,
la estrofa de su lágrima enterrada.
Viene y va lo de siempre, viejo amigo:
el olor, el sabor, el tacto amable;
la cebada espumosa, el pan de trigo;
la fruta y el amor… ¡Lo inevitable!
La verdad es la tierra y no los hombres.
Lo nuestro… Qué sé yo… ¿Nombrar sus nombres?...
Un abrazo, Rafa
Nombrar sus nombres, sí; y a su compás
ResponderEliminartrazarle al corazón un derrotero.
Mirarse el alma por el agujero
que a veces nos ofrece su antifaz.
Quitarle a la costumbre su disfraz
y ponerle al asombro su sombrero,
y desandar a tientas el sendero
sin hilo que nos lleve marcha atrás.
Tienes razón, Antonio: que la tierra
es la verdad, su don nuestro alimento,
su juego los amores, y su guerra
contra el tiempo y sus daños nuestro aliento.
El mundo nos enseña, buen maestro,
lo que somos en fin... ¡Eso es lo nuestro!
Buen maestro es el mundo como dices
ResponderEliminar–su lenta majestad rizando el cielo
su didáctica elipse, tanto vuelo
enseñando a las horas directrices…–
¡Buen maestro…! Nosotros, aprendices
arando de palabras el subsuelo.
Mudo él; nosotros, su consuelo,
el verbo prometido a sus raíces.
Porque sin ti, sin mi, éste o cualquiera,
esa lección de ausencias moriría
sin verdad ni razón que la dijera.
¡Qué tristeza pensar la primavera
si nadie hubiera que nombrara el día
que la puso en el mundo... pasajera!
Tú eres un gran "nombrador", amigo Rafa.
__ ... eran sólo “botellas con notitas” desde la isla en que, todavía, sobrevive uno.
ResponderEliminarEcharemos de menos las notas.
Gracias por ello, Ana.
ResponderEliminarPor el simple gusto de la cifra redonda (40 comentarios...) por el simple gusto de recuperar un diálogo interrumpido que casi és monólogo, por el simple gusto de saludar al amigo distante, por el simple gusto de decir lo que siento: añoranza!
ResponderEliminarSea pues satisfecho el “gusto de la cifra redonda”, aunque lo rompa yo con mi respuesta.
ResponderEliminarGracias, Montse, por seguir acercándote a este museo de paleontología. A este paso, mis pequeños fósiles –que tan bien tratáis– se ponen a respirar de nuevo y, el día menos pensado, os invaden el monitor con su anacrónica melancolía.
Un saludo; y gracias, de verdad.
Pues venga ya la invasión sin demora
ResponderEliminarde fósiles que anacrónicos son,
con su melancolia en buena hora
los esperamos sin más dilación.
Habrá que dar tiempo a la ciencia para que recomponga el genoma de tan raras criaturas.
ResponderEliminarUn saludo, Montse.
Por si aún lees los comentarios, Felicidades, tocayo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, amigo mío, y, pues que de "Antonios" va el día, compartamos hoy las felicitaciones.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un deseo de felicidad para hoy, extensivo también para todos los dias del año, en compañia de tus seres queridos.
ResponderEliminarAnímate y vuelve, que el curso ya termina pronto.
Muchas gracias, Montse. Hoy debería haber ido a la ermita de San Antonio de la Florida, a coger alfileres bajo los frescos de Goya y tomar pollo y sidra en la verbena, que es, o era, lo tradicional. Pero me he quedado en casa con un amigo pesadísimo que se llama "Treintayochogrados". Todo un plasta.
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