Ir al contenido principal

Semántica parda o... De noche todos los gatos lo son

.

Dice el diccionario que "gente bien" es la de posición social y económica elevada.

El mundo, la historia, se hace con “buena gente”, donde buena es epíteto inseparable del nombre a que acompaña, no con “gente bien”, donde aquélla insulta gramatical y semánticamente a éste. Porque –siempre que no hablemos de poesía, en que la palabra sueña lo inefable– los adverbios no tienen ocupación con los sustantivos. Lo suyo son los adjetivos, los verbos y ellos mismos. Es decir: las cualidades, las acciones y las circunstancias. Por eso los sustantivos son unos intrusos cuando se pegan a los adverbios, y lo único que hacen es confundir los diccionarios del alma.

El mundo tiene clarísimo lo que es la “buena gente”, pero titubea mediáticamente ante lo que es la “gente bien”. Porque la gente bien –que no es siempre la misma– es la que impera en determinados momentos; “la que se lleva”, como diría cualquier idiota al uso. Es decir, la gente bien es moda, anécdota, pasajero estrellato del poder y su podrida gloria.

Así que hay que dejar de mirar a la gente bien y empezar a fijarse en la buena gente. Hay que dejar de seguir a los proxenetas de los adverbios, que mercadean con atributos que no merecen las acciones de que hablan, o, lo que es peor, prostituyen los que se elevaron a platónicas sustancias. Como pasó con el Bien, que, de ser el referente de los actos cuya sombra humana eran la bondad y su sabiduría, se convirtió en adminículo enfermo que pretendía dignificar a quienes detentan lo que ostentar no podrían nunca.

Menos mal que la historia y el mundo siguen siendo el quehacer cotidiano de la anónima, innumerable y bendita buena gente.
.

Comentarios

  1. Quizá a la "gente bien" le falte la preposición que relacione ambos términos, la "gente de bien", la "buena gente".

    Clarificante entrada

    ResponderEliminar
  2. Bien lo dices, Capitán: de eso se trataba, de la importancia de lo insignificante. Como las preposiciones o los innumerables hombres “insignificantes” que enlazan “gente” con “bien.” Como concluyes, la “buena gente”, vamos.

    Muchas gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Esta semana de Madrid,he estado en casa de mi querida amiga C, que es de clase bien,buena gente y encantadora. Ella,se sale de las normas "pijas" tiene carrera de Bellas Artes,Filosofía y toca un instrumento.
    Pero los pijos que andan por esas zonas,es algo que no soporto: criticones " superiores" y aburridos.
    Me gustaría escribir un artículo sobre ese fenómeno " fascinante" de raza urbana insopotable.
    Tal vez no merece la pena...

    Un beso bohemio.

    ResponderEliminar
  4. No, desde luego no "merece la pena" el esfuerzo, Veridiana. Pero yo no me refiero a la gente pija, ésa es otra. La gente bien de que hablo es la que impera en determinados momentos; “la que se lleva”…. Los otros ni se llevan ni imperan: sólo son por inercia del tiempo.

    Un beso de Max Estrella

    ResponderEliminar
  5. jajaja...¿ Por el Esperpento ?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

La metáfora amable

El mundo está tenso, enrarecido. Casi todo lo que uno oye o lee es desagradable; y si no lo es, parece contener un inquietante presagio. A los felices veinte del pasado siglo les sucedieron los amargos treinta y los trágicos cuarenta. Latía extraño el hombre, y cuando el hombre late de ese modo, algo podrido cocina la historia. Cientos, miles de veces ha ocurrido así. Para Sísifo –siempre Sísifo–, al final del esfuerzo sólo está la derrota. Su modesto placer de coronar la cumbre es efímero y repetidamente inútil. No hay paz ni paraíso al cabo de la escalada; sólo desolación, tristeza, crueldad, destino… ¿Existe el destino? ¿Debe ocurrir siempre lo que siempre ha ocurrido? ¿Es de verdad la historia la brillante sustitución de la fatalidad natural por la libertad humana o es simplemente la metáfora amable de la ‘ordenada’ crueldad de aquélla? Las especies combaten, y se destruyen y sustituyen. ¿Y las culturas? ¿Y los pueblos del hombre?... ¿Qué de especial creímos ver en los h

El destino de las supernovas

. . Luz, ¡más luz! J. W. Goethe …somos polvo de estrellas C. Sagan La mayor parte de los átomos es vacío . Al cielo le ocurre algo parecido con la oscuridad. La luz es toda una excepción: un paseo puntual de diminutas y alejadas insolencias. Porque la luz es una insolencia, un atrevimiento, una osadía rodeada de sombras que, al cabo, revienta hastiada de tanta y tan constante hostilidad. Luego se esparce en la noche, como un raro prodigio, y siembra lugares y posibles miradas. Del agotamiento de la luz ante su empresa nacen rincones en la oscuridad, surgen otras diminutas y alejadas insolencias que miran al cielo y admiran su vencida hazaña. Eso dicen al menos los sabios que de aquélla saben. El hombre es la mies de una derrota, el pan de un desastre. Pero también el atleta que recoge el testigo de una rebeldía luminosa. El hombre es un héroe trágico que se obstina en la luz, como la luz se obstina en no ser su contrario. Supongo que es así porque si no, ser humano sería una indecenc

La tristeza de la inocencia

Por Julia y a su hijo Julio Me han llegado noticias tristes por ese golpe tan temido de los teléfonos, repentinos y traidores como es su costumbre. Un familiar lejano, una mujer, mayor desde luego, aunque eso... ¿qué importa? …Y  he pensado en uno de sus hijos; un niño detenido por la vida, varado en una luz de infantil inteligencia que oscureció la caprichosa divagación de un cromosoma y nació bendecido de inocencia interminable. He pensado en ese niño, que ha cumplido ya los años de los hombres, aunque no sus soberbias ni vanidades... Y he pensado en la tristeza y el abandono, un abandono en su caso más cruel por la distancia inmensa de los otros. He pensado en el desconcierto de su ternura mirándose al espejo; y en el estupor de su niña memoria ante el beso sin labios de su madre. Un río de pequeños recuerdos; tal vez, algunas lágrimas; un no saber, un  sí sufrir la soledad repentina, inexplicable...Y el dolor de su alma en carne viva golpeándose desconcertada