Ir al contenido principal

La gota

.



.

Una gota no es una nadería.

Una gota es una debilidad inexplicablemente poderosa; un ser precario y dulce que aún no quiere romper acantilados.

Una gota es una transparencia, esférica y humilde, capaz de desmontar la opacidad extraña de las cosas.

O una metáfora sucinta de la paciencia, de por qué la paciencia ya no puede seguir siéndolo.

Una gota es mucho más que la nonada que se queda colgando de las hojas después de una tormenta…

Es la sinécdoque de Dios bajo unos ojos cuando el mundo es inicuo…

Es el resumen del alma que empaña la mirada poco antes de arrancar al corazón lo imprevisible…

Una gota es el limes de la ira
que advierte la razón de una tristeza inmensa.


9 septiembre 2011
.

Comentarios

  1. Esa lágrima de la hoja encierra todo la belleza y dramatismo de la vida. Preciosa.
    Un beso
    Doña Anónima

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Doña Anónima; usted siempre tan amable.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Para África,esa gota sería:"El oro del siglo XXI"
    ¡Qué importante el agua para el medio ambiente,para la vida!

    Me encanta,Antonio.

    Un beso simbólico.

    ResponderEliminar
  4. Siempre gracias, Veridiana; y no está nada mal la evocación que haces.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. "Una debilidad inexplicablemente poderosa; un ser precario y dulce que aún no quiere romper acantilados".

    Tu forma de mirar, ese es el quid de la cuestión, lo que puedes intuir en una gota. Lo latente.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. …Tu forma de interpretar es el otro quid de la cuestión, lo que sabes leer en la mirada ajena.

    Un placer y un honor encontrarme con su palabra, doña Olga.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Precioso poema, Antonio. Subrayo el verso que subraya Olga. Qué imagen. Y el final...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, Juan Manuel, por tu atención y por tu amabilidad siempre.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. La gota en una cáscara de nuez: plenitud exacta.

    ResponderEliminar
  10. Una gota, Arainfinitum, da mucho de sí…
    Besos, y muchas gracias por tu visita.

    ResponderEliminar
  11. Siempre envidiablemente sentencioso, amigo Samsa.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

La metáfora amable

El mundo está tenso, enrarecido. Casi todo lo que uno oye o lee es desagradable; y si no lo es, parece contener un inquietante presagio. A los felices veinte del pasado siglo les sucedieron los amargos treinta y los trágicos cuarenta. Latía extraño el hombre, y cuando el hombre late de ese modo, algo podrido cocina la historia. Cientos, miles de veces ha ocurrido así. Para Sísifo –siempre Sísifo–, al final del esfuerzo sólo está la derrota. Su modesto placer de coronar la cumbre es efímero y repetidamente inútil. No hay paz ni paraíso al cabo de la escalada; sólo desolación, tristeza, crueldad, destino… ¿Existe el destino? ¿Debe ocurrir siempre lo que siempre ha ocurrido? ¿Es de verdad la historia la brillante sustitución de la fatalidad natural por la libertad humana o es simplemente la metáfora amable de la ‘ordenada’ crueldad de aquélla? Las especies combaten, y se destruyen y sustituyen. ¿Y las culturas? ¿Y los pueblos del hombre?... ¿Qué de especial creímos ver en los h

El destino de las supernovas

. . Luz, ¡más luz! J. W. Goethe …somos polvo de estrellas C. Sagan La mayor parte de los átomos es vacío . Al cielo le ocurre algo parecido con la oscuridad. La luz es toda una excepción: un paseo puntual de diminutas y alejadas insolencias. Porque la luz es una insolencia, un atrevimiento, una osadía rodeada de sombras que, al cabo, revienta hastiada de tanta y tan constante hostilidad. Luego se esparce en la noche, como un raro prodigio, y siembra lugares y posibles miradas. Del agotamiento de la luz ante su empresa nacen rincones en la oscuridad, surgen otras diminutas y alejadas insolencias que miran al cielo y admiran su vencida hazaña. Eso dicen al menos los sabios que de aquélla saben. El hombre es la mies de una derrota, el pan de un desastre. Pero también el atleta que recoge el testigo de una rebeldía luminosa. El hombre es un héroe trágico que se obstina en la luz, como la luz se obstina en no ser su contrario. Supongo que es así porque si no, ser humano sería una indecenc

La tristeza de la inocencia

Por Julia y a su hijo Julio Me han llegado noticias tristes por ese golpe tan temido de los teléfonos, repentinos y traidores como es su costumbre. Un familiar lejano, una mujer, mayor desde luego, aunque eso... ¿qué importa? …Y  he pensado en uno de sus hijos; un niño detenido por la vida, varado en una luz de infantil inteligencia que oscureció la caprichosa divagación de un cromosoma y nació bendecido de inocencia interminable. He pensado en ese niño, que ha cumplido ya los años de los hombres, aunque no sus soberbias ni vanidades... Y he pensado en la tristeza y el abandono, un abandono en su caso más cruel por la distancia inmensa de los otros. He pensado en el desconcierto de su ternura mirándose al espejo; y en el estupor de su niña memoria ante el beso sin labios de su madre. Un río de pequeños recuerdos; tal vez, algunas lágrimas; un no saber, un  sí sufrir la soledad repentina, inexplicable...Y el dolor de su alma en carne viva golpeándose desconcertada