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La sombra

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No había nada allí después de todo:
una ciudad común, dos o tres árboles,
algunas horas demasiado usadas,
un poco de las cosas de la gente,
un algo de tristeza, un no sé qué
de mí que ya no estaba… Y el viento,
el frío azul de un dios desapacible…
Y la memoria de un eclipse viejo,
de un sol sin sol ni tú, frente a los ojos.

No había nada. Burbujas de palabras
lentas balanceándose en el aire
y ese ir y venir por el invierno
de un día inactual sin tú ni día.

Después atardeció, como es costumbre.
Y anocheció después... Y no había nada:
una ciudad común, dos o tres parques,
algunas horas en las papeleras…
Y un servicio eficaz de recogida
de los sueños tirados por la calle.

Te escribo de estas cosas porque, a veces,
paseo por allí… Y no te encuentro.

Y no sé dónde estoy… Ni si ocurrimos…

Ni si algo sucedió, después de todo.


24 febrero 2012
.

Comentarios

  1. A lo mejor te sirven los versos de un poeta al que quiero mucho:
    "Y si la nada invade la mirada
    arrojar la mirada más allá.
    Más allá de la nada
    Más allá... ¡Mucho más!"
    Un beso
    Doña Anónima

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  2. Después de todo, yo también tengo esa sensación a veces.
    Quién sabe.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¿Y quién no, mi querida Olga? ‘Después de todo’, la vida es un estado sorprendente que evoluciona hacia el estupor.

    Gracias, y un beso.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Doña-Anónima; y perdón por el retraso: me encontré hoy tu comentario en ‘buzones que no le corresponden’. No sé por qué ocurre esto.

    Un beso.

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  5. No se si darme una vuelta el Domingo por el Rastro, quizás encuentre unas buenas palomas mensajeras- como las de antes, claro- para poder enviar mis comentarios a la "Imaginaria" ¿Me recomiendas alguien o sabes de alguien que pueda satisfacer mi necesidad? ¡Ah!donde estén unas buenas palomas... Yo las cuidaría bién.
    Un beso si es que llega.
    Doña Anónima

    ResponderEliminar
  6. Por muchas rutas alternativas que tengamos,nuestro dico duro,se repite constantemente.

    Un beso mañanero.

    ResponderEliminar
  7. Gracias, Veridiana; pero, aparte de haberme encontrado tus dos comentarios hace un momento (no sé por qué demonios “gmail” te ha enviado a la carpeta “Spam”, que está oculta y sólo puedo ver si entro a propósito en ella), creo que hay un cruce en sus intenciones. A mí me parece que el primero, el de ‘Sartre’ y ‘la nada’, va mejor con esta ‘sombra’, y el segundo, el del disco duro que “se repite constantemente”, lo veo más acorde con la entrada anterior.

    No sé si me equivoco; en todo caso siempre es un placer contar con tus palabras.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Me gusta jugar al escondite jeje.

    Sí,es posible,tal vez lo leí seguido.

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  9. Pues cuidadito, Veridiana, con las carpetas que eliges para tu escondite: algunas están llenas de archivos muy poco recomendables.

    ResponderEliminar
  10. Buenas noches, Antonio. Vengo por recomendación de una querida amiga que ha tenido que marcharse. El caso es que yo he visitado alguna que otra vez tu "Imaginaria" pero no me atreví nunca a interrumpir vuestras conversaciones.
    Hoy sin embargo leyendo tu poema que habla de recuerdo, soledad y de la nada, me he decidido.
    Yo creo que si una vivencia es un pedacito de vida compartida con alguien, nunca podrá quedar reducida a la nada y por otro lado quizás alguien haya recogido esos sueños que estaban tirados por la calle y ha construido con ellos algo hermoso. Suele ocurrir.
    Un cariño.
    S.

    ResponderEliminar
  11. Gracias a ti y a tu amiga; y, por supuesto, aquí no se “interrumpen” conversaciones, me las regaláis quienes queréis acercaros. Tu comentario, por ejemplo, me ha recordado a Calderón, a esa décima suya de “La vida es sueño” que hace mucho aprendíamos los niños en el colegio; aquélla del “sabio” que acababa:

    “…halló la respuesta viendo
    que otro sabio iba cogiendo
    las hierbas que él arrojó.”

    Tienes razón, con “los sueños tirados por la calle” probablemente ocurra lo mismo.

    Gracias de nuevo, y bienvenida.

    ResponderEliminar
  12. Cómo se alarga la sombra... cómo se afila hasta ser todo, hasta ser casi, casi la nada, hasta el punto de no haber ocurrido.

    Magnífico, como siempre.

    Un saludo,
    Harnán

    ResponderEliminar
  13. Lo que siempre es magnífico y un verdadero placer, amigo Hernán, es contar contar con su visita y su palabra.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Espero Antonio,que no estés perdido en el Olimpo.
    Olga,tu y yo, hacemos un trío Ariano,y te felicito con antelación.

    Pasa un día muy feliz.

    ResponderEliminar
  15. No, Veridiana, no estoy perdido, sólo 'no estoy'.

    Gracias por tu felicitación, que hago, naturalmente, recíproca.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  16. Hermoso poema,que bien ha valido la pena leerlo y volverlo a leer,me encanto la parte final,donde siempre queda la duda.Teresa J.

    ResponderEliminar
  17. Gracias, Teresa J., por tu amabilidad.

    ResponderEliminar

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