Por Julia y a su hijo Julio Me han llegado noticias tristes por ese golpe tan temido de los teléfonos, repentinos y traidores como es su costumbre. Un familiar lejano, una mujer, mayor desde luego, aunque eso... ¿qué importa? …Y he pensado en uno de sus hijos; un niño detenido por la vida, varado en una luz de infantil inteligencia que oscureció la caprichosa divagación de un cromosoma y nació bendecido de inocencia interminable. He pensado en ese niño, que ha cumplido ya los años de los hombres, aunque no sus soberbias ni vanidades... Y he pensado en la tristeza y el abandono, un abandono en su caso más cruel por la distancia inmensa de los otros. He pensado en el desconcierto de su ternura mirándose al espejo; y en el estupor de su niña memoria ante el beso sin labios de su madre. Un río de pequeños recuerdos; tal vez, algunas lágrimas; un no saber, un sí sufrir la soledad repentina, inexplicable...Y el dolor de su alma en carne viva golpeándose desconcertada
Lo que pretendías comprobar parece que te dió resultado no?
ResponderEliminarYo, lo que he hecho, ha sido darme un paseo por esos espacios con jardines del 2009, ya un poco lejanos pero siempre amables y hermosos.
Me he encontrado, en el paseo, con el Caballero. Me encantan sus versos aunque no me he atrevido a decírselo. Sigo siendo un poco tímida. Ya ves! Y es que no sé si le agradaría que lo abordará de esa manera.
Un beso, Antonio.
Bueno no sé si el resultado es meritorio, pero al menos he encontrado la forma de subir audios sin depender de terceros, que siempre es una lata.
ResponderEliminarEn cuanto a encontrarse con el Caballero paseando por jardines del 2009 no es difícil dada su condición de inactual. Por razón de su nombre es siempre cortés y educado, no temas pues saludarlo si con él te encuentras. En cualquier caso, gracias en su nombre.
Un beso