...veo las hordas de los Escitas, las turbas con bragas de los Getas, y así, lo que veo y lo que no veo contribuye por igual a mi suplicio. La única esperanza que me consuela en tanto extremo, es que la muerte abreviará la duración de mis tormentos. (Tristes VI, Ovidio)
En mi patria final, mi Ponto Euxino,
cada hora, de mí tan desterrado,
prefiriendo la muerte a este destino
de ayer sin hoy, de ahora sin pasado.
Deletreo la tarde… Es tan tarde
que nada sueño en Roma que me importe.
Cada día, la urbe es más cobarde;
cada hora, su norte es menos norte...
En mi tiempo final, leyendo a Ovidio
me aturde la tristeza y me consuela
el verso que perfuma su fastidio
y enmarca la esperanza en una esquela...
En mi tierra sin luz ni Ponto Euxino,
sin urbe ni retorno... Sin destino.
7 de mayo de 2022
(*) Ion Theodorescu-Sion Ovidiu în exil
Bueno, esto es una hermosura, una preciosidad!!. Qué adjetivo ponerle? No lo sé, querido Antonio. De verdad. La madrugada sin duda es donde aparecen tus musas. La noche, la soledad...te enriquece .
ResponderEliminarEn cambio a mí es el amanecer de un nuevo día lo que me inspira y me da fuerzas.
Lo que digo, una preciosidad.
Besos.
Muchas gracias, Susi.
ResponderEliminarNo, no es eso que dices. Ni mucho menos. Pero me agrada, naturalmente, la generosidad con que lo dice tu larga amistad.
Un beso
Profunda melancolía la que transmiten estos inspirados versos. Ni patria, ni ahora, ni destino. Cuanta verdad y cuanta belleza!
ResponderEliminarLectura certera y dolorosa la que haces, amable Anónimo. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo