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Ogigia


*

Ogigia, ese nombre de tan incómoda articulación, es la isla de Calipso, la ninfa que pretendió borrar la memoria de Odiseo y que le ofreció la inmortalidad para que permaneciera junto a ella. Pero, como todos sabemos, el héroe griego prefirió ser mortal a cambio de volver a su patria y a Penélope. Odiseo es un hombre de ésos que, por encima de todo, sólo quieren recobrar la vida que han vivido, el amor que han amado.


El poema, como indica la fecha, apareció ya en esta Imaginaria. ¿Por qué lo hago reflotar ahora? No lo sé. Los años juegan con nuestra memoria como el niño a que se refiere Nietzsche al final de las tres metamorfosis del discurso de Zaratustra; ese niño que “es inocente y olvida; una primavera y un juego, una rueda que gira sobre sí misma, un primer movimiento, una santa afirmación.”


Giro, pues, sobre mi propia y, naturalmente,  prescindible memoria.




Estos días que vienen de otros días

enredados en noches engañosas…


Estos días que invaden sin permiso

la celda de mis ojos…


Estos días

esteparios, monótonos, iguales,

sin posada de gestos, que he perdido,

ni rincones amables donde el alma

deposite una voz, arrope un sueño…


Estos días que pasan sin que pases

al fondo de sus horas no merecen

un número, un renglón, un calendario,

un giro de la tierra o de los mares,

una luz, un silencio, un simple mirlo

saltando en mi jardín…


Nada merecen

estos días que no habrían de serlo.


Estos días que insisten en que faltas

después de amanecer y antes de ellos.


Estos días de amor que nada aman.


Estos días tan largos... ¡Estos días!






23 de julio de 2009

* Detalle del cuadro "Ulises y Calipso", 1882. Arnold Böcklin


Comentarios

  1. Odiseo nunca dejó de añorar su hogar, su esposa, su patria perdida. Sabia que no hay mayor desventura que el olvido. También nosotros tenemos nuestra particular Itaca, aquello que en un momento dado nos importó más que nuestra propia vida. Y no olvidarlo es la mejor medicina para seguir sintiéndonos vivos.

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  2. La nostalgia no es buena compañera de viaje cuando se instala en el corazón, aunque a veces esa tristeza melancólica nos hace vivir de nuevo algo que no está ya, que hemos perdido pero que hemos amado mucho.
    Hermoso verso "Estos días que insisten en que faltas"
    Pero para eso viven los recuerdos en nosotros.
    Tus versos hacen sentir soledad y vacío. Hermoso poema que al parecer escribiste en una época de mucho calor y a mi, sin embargo, me hacen sentir frío.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, Anónimo (lamento no poder definirte de otra forma), por tu visita. Es cierto lo que dices: todos necesitamos una Ítaca en la memoria para "seguir sintiéndonos vivos". Tan cierto como que todos necesitamos que el alma no se sienta apátrida para poder morir en paz.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Comprendo que puede resultar incómodo, pero prefiero conservar el anonimato. Lo que cuentan son las palabras que, en resumidas cuentas, son de todos y no son de nadie. Un saludo.

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    2. No, yo no he dicho que me incomode; yo he dicho que lamentaba no poder definirte... con un nombre. Algunos de éstos sí que son propiedad inalienable, no palabra de todos y de nadie. Y ésos son los que nos definen y avalan las demás palabras que entre los demás decimos.
      Gracias, con nombre o sin él, y un saludo.

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  4. En efecto, Susi: julio en Madrid es un mes de insufrible calor, y en ese mes, en plena canícula, se escribió este poema. Pero no veo por qué sus versos pueden hacer sentir frío. Lo que Odiseo no puede apartar de su cabeza es lo que pone por encima de la oferta de Calipso, es decir, el amor pese a la muerte sobre el placer junto la inmortalidad. No es cosa pues de cerebral preferencia, sino asunto del corazón; es el ardiente dolor de una ausencia fundamental.
    Gracias siempre por tu compañía. Un beso

    ResponderEliminar
  5. Sentir frío? Leyendo tus versos, si he sentido frío. Pero ya sabes que yo tengo interpretaciones particulares de tus palabras que dicen lo que no dicen. Por tanto, yo añado, con tu permiso, por supuesto, mis sensaciones o emociones.
    Me explico: Me imagino: "Estos días esteparios, monótonos, iguales" y yo "leo": esta soledad gris, blanca, gélida en la que se convirtieron otros días cálidos, luminosos donde sentía el amor.
    Perdón pues por leer lo que no dices.
    Un beso



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    Respuestas
    1. No tienes que pedir perdón por nada. Un poema no es una disposición del BOE, que debe interpretarse de modo universalmente uniforme. Así que me parece perfecto que cada cual acomode las palabras de aquél a su personal perspectiva. Después de todo, es lo que pasa con nuestro vivir de cada día: todo lo comprendemos según el ángulo de nuestra mirada.
      Besos

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