Hay asuntos que suceden
al fondo de los cajones
envejecidos de ayeres;
donde es verdad la mentira
que no quisimos saber
y nos destrozó la vida,
y mentira la verdad
que no supimos querer
para que fuese real.
No hay nada que duela tanto
como mirarle la espalda
al ayer que traicionamos;
y encontrarnos cara a cara
con un no sé qué maldito
que es el cáncer de las almas.
Sombras sin dios ni razón
que devoran la memoria
y arruinan el corazón.
Testigos en blanco y negro
de siempres que no se cumplen,
de nuncas que acaban siendo.
No hay nada que duela tanto
como esas fotografías
que no quieren perdonarnos.
15 marzo 2023
Bordando sonetos como siempre.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias, Susi. Me alegra saber de ti. Aunque no es un soneto, pero ya sabemos que las "nuevas tecnologías" a veces nos hacen estas faenas.
EliminarUn beso