No quiero escribir (de hecho no voy a hacerlo). Esto no es más que la recuperación nostálgica de unas pobres soleares que, como más abajo puede verse, han cumplido ya más de tres lustros. Si hoy escribiera, sería incapaz de centrarme en tan amables galanterías. No están los palabras para ternuras tales. Las palabras de hoy son palabras de ira, de soberbia, de rabia, de mezquindad, de mentiras. Las palabras de hoy llagan la boca al decirse. Por eso no quiero escribirlas, aunque no importe a nadie que lo haga o deje de hacerlo. Han podrido mi tierra y mi alma, aunque a nadie le importe lo que fueran mi alma y mi tierra.
No quiero escribir (de hecho no voy a hacerlo). Pero aún sigo vivo, aún sigo velando el sueño de amables y viejas palabras en la imaginaria de mis noches.
Cada vez que te sonríes,
mira tú lo que me pasa:
se mueren las ganas tristes;
ganas que son de no hacer
las cosas como Dios manda
ni de quererme querer.
Corona tu risa al día
para que no se me enrede
la voz de melancolías.
Y me dejo de pensar
pesaroso, taciturno
mostrenco, calamidad...
Ocurre el cielo de pronto:
tú sonríes y yo cruzo
como un vencejo tus ojos.
Y algaradas de pestañas
sobre las dunas del día
me regalan tu mirada.
Yo no quiero que anochezca
esa sonrisa que pone
a la tristeza entre rejas.
Ni quiero que pase nunca
que me mires seriamente
como una pena a su culpa.
No dejes que las fronteras
de esa alegría se cierren
por la culpa de mis penas.
Que si sonríes, se mueren,
se secan de puro tontas
de tanto rumiar ayeres.
Pongamos que entre tú y yo
hubiera sido posible
lo que nunca sucedió.
Pues tanto da que no fuera:
si te veo sonreír,
es como si sucediera.
Hay que ver lo que me pasa:
sólo porque te sonrías
¡me dan de vivir las ganas!
Enero 2008. recuperación octubre 2024
"Pero aún sigo vivo, aún sigo velando el sueño de amables y viejas palabras en la imaginaria de mis noches."
ResponderEliminarCuanto me alegro!, Antonio, de que sigas vivo y nos hayas traído esas soleares" atemporales". Sabes, que a mí, particularmente, me encantan y más si las recitas tú. Ha sido toda una sorpresa.
Son preciosas.
Sigue velando tus sueños.
Un beso
Pues muchas gracias, Susi; me alegro de que te encanten. Sin duda es una estrofa muy agradable. Por distintas razones, cada vez me cuesta más este servicio de imaginaria.
EliminarUn beso