Por más que al mar echemos la red de la memoria, lo que al cabo permanece no es la faz de la verdad escurridiza entre sus aguas; sólo queda la trama, la enredada ficción de nuestra injuria. La verdad apenas es el impotente discurso de nuestra tristeza. El hermeneuta (*) He soñado un reloj en el que todo lo posible es suceso y he sufrido la hora más terrible de la Historia. He soñado y he visto cada fulcro de toda certidumbre amenazado por el yugo implacable que encadena la verdad tras la paz de la apariencia. . He soñado ─pero no ha sido un sueño─ que podía leer en las entrañas de la alada pupila del que miente; y no puedo volver a ser el mismo. . La Historia es enemiga, y espantosa la red que filtra el mar de su memoria: sólo los nudos de la urdimbre quedan, la infamia fluye, lenta, hacia el olvido. 19 abril 2025 (*) Azuaga, Antonio. La asamblea de las sombras EXLIBRIS EDICIONES S.L. Mad...
Intenté cerrar este rincón el otro día, pero últimamente se oye cada cosa que es imposible aguantar en estoico silencio. Fueron cuarenta y cuatro años de maravilloso esfuerzo. Trabajé envejeciendo de juventud, que es lo que nos pasa a todos los que un día entramos en un aula llena de niños, púberes, adolescentes, jóvenes... y nos quedamos. Reí con ellos, sufrí con ellos y padecí también por ellos. Pero sobre todo aprendí de ellos; probablemente más de lo que nunca yo llegué a enseñarles. Y jamás pensé que estaba perdiendo el tiempo. Cuando un trabajo se desempeña con honestidad es imposible pensar tal cosa. Y un trabajo es honesto cuando cumple consigo mismo, es decir cuando lo que en él se pretende es lo que con él se hace. Si tal cumplimiento es ajeno a su ejercicio, entonces sí, entonces quien está en tesitura semejante dirá con razón que su trabajo es una “pérdida de tiempo”. Está conclusión es terrible. Sobre todo si la exhibe un político (o “política”) c...