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La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no.
Epicuro de Samos.
…morir sin muerte es casi una osadía
que no puede invocarse así nomás
por eso yo prefiero ser discreto
vivir sin vida es menos pretencioso.
Mario Benedetti.
Amanecer un día y no encontrar el mundo:
16 enero 2010
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la casa, su jardín, aquellos parques,
los amables rincones de un común entusiasmo,
la calle envenenada de una antigua tristeza,
la asfixia en los relojes, su fatiga…
Amanecer y ver
el horizonte sólo del silencio,
el beso eliminado de los labios,
el cruel desbordamiento de la muerte...
O amanecer el mundo y no encontrarte;
y no verte en la casa..., ni cruzando el jardín
ni paseando en los parques;
ni saber de tus labios y sus horas
en el beso, la vida, la palabra…
Amanecer sin mundo… Amanecer sin ti… Qué importa.
Para morir sin muerte
me basta con vivir junto a tu ausencia.
Qué bonito, Antonio. Me fijaba en la construcción...bellísima. Más que tristeza es un lamento de ausencia. El duelo...
ResponderEliminarLas cosas, los lugares, las estancias... que pierden sentido
porque no son habitadas por quien amas.
Y magnífico Benedetti.
Un saludo cordial.
Antonio, los dos versos finales (sin desperecer el resto, conste) son de antología. Absolutamente memorables. De los que no mueren nunca. Mi aplauso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dejar morir el alma...
ResponderEliminarOpino como Bukowski: ¡Morir es una indecencia !
Un beso cálido.
Muchas gracias, Sunsi. Se equivoca Epicuro, ¿verdad? La muerte que nos preocupa no es la nuestra, sino la de aquellos a quienes queremos.
ResponderEliminarUn saludo de los de siempre.
En plena cuesta de enero del alma, vienen de maravilla tus palabras, Juan Antonio; sobre todo porque las dice un maestro.
ResponderEliminarMuchas gracias y un fuerte abrazo.
En efecto, Veridiana, morir es una indecencia; pero el miedo y el verdadero dolor es pensar, o padecer, la muerte del "otro".
ResponderEliminarUn beso.
¡Uf! Eso es tremendo.Nada es comparable con la ausencia de un ser amado.
ResponderEliminar"Nacer y morir no es nada,la vida es un sueño..."
No tengo palabras para tu poema, no tengo más que añadir a ese silencio que tiene tanta presencia, o esa ausencia que es como un grito.
ResponderEliminarNo las hay, no hay palabras para sosterner el abismo que es vivir en la ausencia del otro.
Un saludo, es tarde de domingo... y siempre son como así, entre melancólicas y pausadas. Y además, llueve.
Un abrazo.
Supongo que algo parecido a lo que dices, Veridiana, debió de pensar Endimión.
ResponderEliminarEl domingo aquí, Ana, ha sido sombrío (muy sombrío) y húmedo. A eso de las cinco, ha intentado, tímidamente, abrirse. Pero era demasiado tarde porque le quedaba poca luz al día. No me gustan las tardes de domingo...
ResponderEliminarY gracias por tus no-palabras que tan sinceramente dices.
Un abrazo.
¡Qué tarde tan triste tienes!¿no?
ResponderEliminarPara terminar el dia te ofrezco una copa como Circe a su enamorado Odiseo.
Y después...¡Puede pasar cualquier cosa...!
No estoy triste, mi temida Circe; algo serio puede… ¡Pero es que soy así! Claro, que eso de la "copa”… ¡Qué peligro! Me fiaré del antídoto de Hermes; porque lo de acabar mis días como “jamón de bellota” en un Hipercor cualquiera, qué quieres, me preocupa…
ResponderEliminarGracias por tu humor, y un beso… cauto.
Tu poema me lleva a otros dos versos de un gran poeta que un buen amigo dejó una vez en mi blog y que ahora me encanta traerte, para que conversen juntos:
ResponderEliminar"Siempre está junto a mí ese precipicio,
la carencia absoluta de tu ser."
Un beso.
Es demasiado interlocutor, Olga, el que invocas; a él le hubiera bastado decir “…amanecer y nunca es la mañana.”
ResponderEliminar...Pero gracias, naturalmente.
Un beso.
La cita de Benedetti no la conocía, y es la que inicia el tema del "Vivo sin vivir en mí" de tu entrada, tan estupenda como todas las tuyas.
ResponderEliminarCreo que el romanticismo sutil y austero con el que nos obsequias una y otra vez, tiene una calidad muy alta, por esto me gusta leer lo que escribes, no sólo en tus entradas, sino también en los comentarios que haces en los blogs de los "habituales" que navegan por estos pagos blogueros.
Muchas gracias, Montse; es todo un placer contar con tus visitas y comentarios siempre. Además, ¡me regalas la vanidad tanto...!
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Mira que bonito - Perdona mis faltas, solo puedo emplear una mano, me he roto un brazo.
ResponderEliminarYo he sido Homero,en breve seré Nadie, como Ulisis- en breve seré todos-estaré muerto.
Borges
¡No me lo puedo creer…! ¡Un brazo de la divina Circe quebrado cual si de un vulgar y mortal humano se tratara! Algo no va bien en la isla de Eea. Haré ofrendas a Asclepio para que alivie vuestro dolor y sane pronto tan irreverente rotura.
ResponderEliminarAh, Borges siempre es un lujo.
Un beso en vuestra escayola.