A mi nieta Irene
Tendría que indagar qué geometrías
avalan tan perfecta curvatura,
qué ecuación de belleza y de ternura
la explica entre infantiles alegrías,
y ponerme a estudiar filosofías
en tu carita sonriente y pura,
y no las que nos llenan de amargura
con la edad los trabajos y los días.
Ya sé que aún no me entiendes. Lo que escribo
cruza por tu inocencia entre rumores
que no sabes que están en verbo vivo.
Ríe siempre como hoy y nunca llores.
Nunca tu seriedad; te lo prohíbo…
Esa risa es de Dios, aunque lo
ignores.
27 junio 2020
Así que ésta pequerrechiña es la niña de tus ojos? Pues nada abuelo, que la disfrutes y la veas crecer con esa alegría que parece caracterizarla.
ResponderEliminarUn beso. Ah! y un montón para ella.
Efectivamente, esta "pequerrechiña" (caray, qué difícil de escribir y articular con ortodoxia, pero qué entrañable) es la niña de mis ojos. Gracias por tu visita, le haré partícipe de tu montón de besos. Uno para ti, naturalmente.
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