A un amigo/a (odio esto de la barrita, pero en este caso es obligado) “anónimo”, que ayer me quiso lanzar un cable de esperanza, este apunte que recoge lo que, de verdad y a pesar de mis raras fluctuaciones, pienso; mejor dicho, creo. Me atrevería casi a afirmar la densidad axiomática de un enunciado como éste: nadie 'sabe' que Dios existe . Pero igualmente podría hacerlo con este otro: nadie 'sabe' que Dios no existe . Luego, si nadie sabe ni lo uno ni lo otro, ¿en qué se sostiene el pretendido crédito intelectual que concede nuestro tiempo a quienes niegan o cuestionan su existencia? Sobre el papel, lo que no se sabe y se enuncia con contundencia es un acto de fe. Hay quienes creen que Dios existe y quienes no; aquí no hay constatación empírica que valga, ni para unos ni para otros. Los saberes del hombre quedan al margen de la cuestión. En mi opinión, emitida desde las coordenadas de la sabiduría vigente, la naturaleza no diseñó la garra del tigre para conocer...